Algunos libros y artículos sobre la exposición “Pagodas chinas y plata de América” del Museo de Valladolid

-Cartel de la exposición ‘Pagodas chinas y plata de América’

El Museo de Valladolid presenta con su nueva exposición temporal “Pagodas chinas y plata de América” dos espectaculares objetos que habitualmente no se muestran en su exposición permanente. Se trata de  dos maquetas de pagodas de marfil calado y tallado, hueso y madera, hechas en China en la segunda mitad del s. XVIII.

En el siglo XVIII los objetos decorativos de origen oriental, como porcelanas, abanicos, lacas, sedas, etc. fueron objeto de un importante comercio intercontinental, usándose para decorar las casas y los palacios de la aristocracia europea y española.  Menos habituales son las pagodas de marfil -como las del Museo de Valladolid- de las que conocemos pocos ejemplos del siglo  XVIII.

Para conocer en profundidad la historia de las dos pagodas del Museo de Valladolid, podemos acudir al artículo escrito por la directora del Museo, Eloísa Wattenberg García, «Las pagodas chinas del Museo de
Valladolid», que se encuentra publicado en el Boletín de la Real Academia de la Purísima Concepción, 46, 2011, pp. 73-80 (acceso al documento). En él encontramos la descripción detallada de las pagodas, se nos explica el significado de estas construcciones, un estudio de algunos paralelos similares para establecer analogías, y se nos presenta una hipótesis sobre el posible origen de éstas. Un resumen del artículo y una explicación detallada por el recorrido de la exposición lo encontramos en la publicación digital del Catálogo de la exposición.

-Las págodas chinas del Museo de Valladolid, tal y como se encuentran reproducidas en el artículo de Eloísa Wattenberg

Estos marfiles asiáticos, llegaban a España en el siglo XVIII a través de un largo viaje tri-continental, Asia-América-Europa. Desde Cantón en China -donde se conoce en esta época (s. XVII y XIX) una importante y habilidosa artesanía del marfil- eran llevados a Manila, para ser embarcados en el “Galeón de Manila” o “Nao de la China”, en una ruta comercial que cruzaba todo el Pacífico hasta el puerto de Acapulco en Nueva España. Por vía terrestre, atravesaban México, y en el puerto de Veracruz, ya en el Atlántico, eran embarcados en la flota de Indias para ser traídos hasta la Península Ibérica.

Si queremos conocer las relaciones entre China y España en el XVIII, debemos acudir al Museo Oriental de Valladolid. Allí se celebró en 1991 la exposición: “Vientos de Acapulco, relaciones entre América y Oriente”. En el catálogo de esta exposición, con textos de Blas Sierra de la Calle, encontramos un claro y ameno estudio sobre el Galeón de Manila. Si estáis interesados en consultar este catálogo podéis pasaros por la biblioteca del Museo (signatura 4540).

-Portada del Catálogo de la exposición ‘Vientos de Acapulco: relaciones entre América y Oriente’

Junto con las pagodas, se exponen las monedas que se utilizaban en las relaciones comerciales entre China y América, el conocido como “Real de a Ocho”, también llamado peso fuerte o duro. Esta importante moneda de plata española era la divisa internacional de referencia en el siglo XVIII, utilizada en todo el mundo por la seguridad y fiabilidad que proporcionaba. Tiene un peso de 27 gr. de plata y un módulo o diámetro de unos 40 mm, y llegó a ser moneda de curso legal en Norteamérica (pieces of eight o Spanish dollars). En China, como en el resto del mundo, eran valorados y aceptados en los intercambios comerciales. Para verificar la autenticidad de estas monedas (y que no les engañaran como a chinos, ya que fueron falsificadas en Inglaterra) muchas veces estas piezas fueron reselladas con letras chinas (como algunas piezas que mostramos en esta exposición).

-‘Real de ocho’ de Carlos IV acuñado en México en 1789 provisto de múltiples resellos chinos que se muestra en la- exposición ‘Pagodas chinas y plata de América’

Para entender el significado y la importancia que tuvo esta moneda, el “Real de a Ocho”, podemos acudir al libro “A History of the World in 100 objects” escrito por el director del British Museum, Neil MacGregor. Un real de a ocho de Felipe II es la pieza número 80 que el British Museum utiliza para contarnos la historia de la humanidad. En la biblioteca del Museo tenemos la edición inglesa de esta interesante y didáctica obra (sig. 4661), que se complementaba con una popular serie de radio en la BBC Radio 4 (podcast). Os dejamos también el enlace a la pieza del British Museum (acceso) Existe edición en castellano del libro.

‘Real de a ocho’ de Felipe II acuñado en la ceca de Potosí del British Museum (Inv. núm.1920,0907.382)

La numismática es una de esas materias básicas entre los fondos de las bibliotecas de cualquier museo de carácter histórico y arqueológico, libros que utilizamos en la catalogación y valoración de nuestro monetario. Ya mostramos, en la exposición celebrada en 2011: “Numismática romana en Valladolid: arqueología, libros y antiguo coleccionismo”, algunos de los libros más antiguos y valiosos con los que contamos en la biblioteca de esta materia (os dejamos el enlace a la publicación digital del catálogo de la exposición, por si queréis consultarlos.) acceso al documento

-Postal divulgativa de la exposición ‘Numismática Romana en Valladolid’ celebrada en 2011 en el Museo de Valladolid

Si queremos profundizar en el estudio del “Real de a Ocho” habrá que acudir a una bibliografía especializada. Hemos encontrado en la biblioteca del museo dos libros considerados clásicos (y básicos) sobre este tema.

El primero se titula “El duro: estudio de los reales de a ocho españoles y de las monedas de igual o aproximado valor labradas en los dominios de la Corona de España”, escrito por Adolfo Herrera Chiesanova (1847-1925), editado en dos volúmenes por la Real Academia de la Historia en 1914. Está considerado un libro de referencia sobre el Real de a Ocho.

En él, siguiendo una clasificación geográfica por cecas o casas de la moneda y, dentro de ellas, cronológica por reinados, se estudian: las marcas de ceca, la biografía y marcas de los ensayadores y grabadores, así como los resellos o contramarcas estampadas sobre las monedas.

El segundo volumen está dedicado a las monedas “tipo duro” (de peso, tamaño y valor parecido al de los Reales de a Ocho) acuñados en los territorios que pertenecían a la Corona española; como los ducatones y florines flamencos, los táleros alemanes, los patagones borgoñones o los escudos, piastras y ducados italianos, entre otras.

Si estáis interesados en este libro podéis venir a consultarlo en la biblioteca del museo (sign. 879 y 880), aunque también lo hemos encontrado digitalizado en la Biblioteca virtual de Andalucía. Os dejamos aquí el enlace (Acceso documento).

-Portada de la obra de Adolfo Herrera Chiesanova (1914): El duro: estudio de los reales de a ocho españoles y de las monedas de igual o aproximado valor labradas en los dominios de la Corona de España

El otro libro sobre el Real de a Ocho que tenemos en la biblioteca es: “Catálogo de los reales de a ocho españoles” de José de Yriarte, editado en 1955 por la editorial Tecnos, del que se hicieron 995 ejemplares. El del Museo de Valladolid tiene el número 342. Es un libro pensado para coleccionistas interesados en la identificación y en la valoración económica de las monedas. Se encuentra ordenado cronológicamente por reinados y dentro de cada reinado por cecas (al revés que en el anterior), con monedas tanto de España como de Hispanoamérica. Valoramos del libro la gran cantidad de monedas (1203) y fotografías que presenta. Este libro no lo hemos encontrado digitalizado en la red pero se puede consultar en la biblioteca del Museo (sig. 4278).

-Anteportada y portada de la obra de José de Yriarte (1955): ‘Catálogo de los reales de a ocho españoles’

Con estos dos libros no agotamos las fuentes clásicas sobre el “Real de a Ocho”, 5 volúmenes necesitó Tomas Dasi en su “Estudio de los Reales de a ocho, también llamados pesos, dólares, piastras, patacones o duros españoles” publicada en Valencia en 1950, para hablarnos de esta moneda. O el libro de Gabriel Calbetó: “Compendio de las piezas de 8 reales”, en 2 volúmenes y 1088 páginas, publicado en 1970.

Por supuesto, también existen otros estudios más recientes sobre esta moneda. En cualquier caso, si queréis investigar en profundidad sobre este tema os podéis pasar por la biblioteca del museo y os proporcionaremos los documentos de los que os hemos hablado e información bibliográfica sobre el resto.

Queremos terminar este post animándoos a visitar la exposición temporal del Museo de Valladolid – visita que además es gratuita- y en donde aparte de exponer estas dos pagodas de marfil de las que os hemos hablado y otros objetos de la colección del museo, pretendemos mostrar las relaciones entre España y China en el s. XVIII y dar a conocer las particulares circunstancias de la llegada de las pagodas al Museo de Valladolid.

por Jesús Ares Galván

Horario de la exposición:

Martes a sábado:

Mañanas 10 a 14h 

Tardes 16 a 19h.

Domingos: 10 a14 h.

Lunes cerrado

Exposición: entrada gratuita

Para concertar visitas de grupos y horarios especiales:

Tfno: 983 351 389 / 675 577 135

Email: museo.valladolid.deac@jcyl.es

Reales columnarios de Felipe V y Fernando VI (1744 y 1758).

El “Real de a ocho”, peso o peso duro, es un valor monetario que con sus 27,46 gramos de plata, y ley de 930,555 milésimas, se constituye a partir del reinado de Felipe II en la moneda que dominará el comercio mundial durante más de tres siglos. Tanto es así que sirvió de modelo al dólar americano y que el símbolo de éste ($) proviene del tipo columnario de las monedas españolas.

Esta moneda se acuñó por primera vez (aunque por poco tiempo) en México, en 1538, durante el reinado conjunto de Juana de Castilla y de su hijo, el rey Carlos I de España. En el anverso figuraba el escudo real abreviado flanqueado, mientras que en el reverso mostraba la divisa columnaria de Carlos de Habsburgo: las dos columnas de Hércules, coronadas, con el lema PLVS VLTRA.

Real de ocho columnario acuñado por la reina Juana de Castilla y Carlos I en 1538 en Mexico

Hacia el final del reinado de Carlos I, y gracias a las remesas de plata traídas desde las Indias, la moneda de plata de 8 reales comenzó a acuñarse con regularidad. Estas monedas no indicaban la fecha y utilizaban los tipos y leyendas propios del final del reinado de los Reyes Católicos.

Real de a ocho acuñado en el siglo XVI a nombre de los Reyes Católicos en Sevilla

Fue en época de Felipe II cuando, a raíz de la Pragmática de 1566, comenzó la acuñación de “reales de a ocho” con la fecha y un nuevo tipo (escudo grande coronado-cruz cantonada de castillos y leones con orla lobulada) y la leyenda PHILIPPVS II D HISPANIARVM REX.

-Real de a ocho acuñado por Felipe II en 1586 en Segovia

El real columnario se volverá a acuñar en Lima, hacia 1568/1570, añadiendo bajo las columnas coronadas las ondas el mar, perdurando en Santa Fé de Bogotá, Potosí y Lima en época de Felipe IV y Carlos II. Estas acuñaciones columnarias americanas continuarían con el inicio de la nueva dinastía borbónica, instaurada por Felipe V.

Real de a ocho columnario acuñado por Felipe II en 1570 en Lima

Real de a ocho columnario acuñado por Felipe IV en 1652 en Potosí

Real de a ocho columnario acuñado por Carlos II en 1698 en Potosí

Real de a ocho columnario acuñado por Felipe V en 1709 en Potosi

Tras la Guerra de Sucesión española, el nuevo rey Felipe V unificó la moneda de los diferentes reinos, estableciendo no obstante que la moneda de plata se acuñara con tipos diferentes en la Península y en América, dada la mayor pureza de la plata americana. La moneda de plata americana se acuñó con los tipos columnarios desde 1732 y hasta 1772, mientras que en la Península los reales de a 8 siguieron el tipo del escudo-cruz cantonada. Eran acuñaciones realizadas en prensas de volante o molino, mucho más perfectas que las anteriormente realizadas “a martillo”, y con cordoncillo en los cantos que impedirán el limado de sus bordes.

En la exposición “Pagodas de China y plata de América” hay varios ejemplares de estos “reales de a ocho” columnarios, aunque en la vitrina tan sólo se muestra una de las dos caras de cada moneda:

Real de a ocho columnario acuñado por Felipe V en 1744 en México

Reverso del ejemplar de Felipe V: Columnas de Hércules coronadas con bandas enrolladas en las que se lee PLUS ULTRA (más allá) y, entre ellas, los dos mundos sobre las ondas del mar. Leyenda VTRAQUE VNVM (los dos mundos son uno), la fecha 1744 entre marcas de ceca: M superada de o (México). Interpunción de rosetas. Gráfila de estrías y cordoncillo de laurel al canto. Diám: 39 mm. Cuños: 12 h. Peso: 26,053 gr.

Real de a ocho columnario acuñado por Fernando VI en la ceca de México

Anverso del ejemplar de Fernando VI: Leyenda FERDND VI D G HISPAN ET IND·REX iniciada con roseta cuatripétala. Escudo coronado cuartelado de castillos y leones, y granada en punta. Escusón central con tres lises. A la izquierda: marca M/M en dos líneas, perteneciente a los ensayadores Manuel de León y Manuel Assorin. A la derecha, marca de valor, 8. Gráfila de estrías y cordoncillo de laurel al canto. Diám: 39 mm. Cuños: 12 h. Peso: 26,685 gr.

por Tadeo Jones

Para saber más:

– Eloísa Wattenberg García, Pagodas chinas y plata de América en el Museo de Valladolid,[Catálogo de la Exposición], Valladolid: Junta de Castilla y León, 2020. 

– María Ruiz Trapero, «El real de a ocho: su importancia y trascendencia«, en IV Jornadas Científicas sobre Documentación de Castilla e Indias en el siglo XVI, 2005, pp. 357-377.

– Octavio Gil Farrés, Historia de la moneda española, Madrid : Diana Artes Gráficas, 1959.

– Adolfo Herrera, El duro : estudio de los reales de a ocho españoles y de las monedas de igual o aproximado valor labradas en los dominios de la Corona de España, Madrid : Real Academia de la Historia, 1914.

Sobre el real de a ocho columnario borbónico:

– Lanzarote, «El real de a 8 columnario» en el Blog Moneda Hispánica.

Sobre el real de a ocho columnario de 1538:

– Adolfo Ruiz Calleja, «El primer real de a ocho acuñado en América«, en blognumismatico.com, 17 de julio de 2018. (Acceso en 07.01.2021),

Sobre los reales de a ocho acuñados a nombre de los Reyes Católicos:

– Antonio Beltrán Martínez, «Ensayo sobre la cronología de las monedas castellanas a nombre de Fernando e Isabel», Nvmisma, 7, 1953, pp. 37-56.

Sobre los falsos reales de a ocho de Birmingham:

_ P. Bordeaux, «Los falsos reales de a ocho de Birmingham«, Boletín de la Real Academia de la Historia, Tomo 57, 1910, pp. 488-499

Las antiguas farmacias Bellogín y la Biblioteca del Museo de Valladolid.

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Os presentamos, con esta nueva entrada del blog intermitente de los Amigos del Museo, la exposición temporal que se puede visitar en la actualidad en nuestro centro: Las antiguas farmacias Bellogin en el Museo de Valladolid. La donación de unos antiguos botes de farmacia junto con otros objetos pertenecientes a la desaparecida farmacia Bellogín nos sirve de tema central de la exposición. Con ésta muestra, no solo queremos mostrar unos objetos con un valor histórico y cultural, sino también, expresar nuestro agradecimiento por el la donación realizada por doña María Victoria Martín Pintó Bellogin a una institución pública como es el Museo, al fin y al cabo de todos.

Fotografía de Don Ángel Bellogín Aguasal (1841-1920) ca.1870

En esta entrada veremos algunos libros que sobre remedios naturales, medicinas y farmacopea tenemos en la Biblioteca del Museo. Al no ser este un tema en el que nos hayamos centrado especialmente, lo completaremos con otros libros y portales, siempre con acceso completo, que hemos encontrado en la red relacionados con esta materia y que nos han parecido interesantes o curiosos.

Empezamos con el que quizás sea el tratado más importante sobre remedios medicinales desde la Antigüedad hasta el Renacimiento, De la materia médica de Pedacio Dioscórides Anazarbeo, conocido simplemente como El Dioscorides, escrito en griego y fechado en el s. I d.C. Este libro en términos farmacológicos se considera un ‘repertorio de simples’ ya que se nos presentan productos de origen natural: plantas, animales, raíces. minerales… con sus características y propiedades terapéuticas.

Portada del Dioscórides de la Biblioteca Nacional

De este conocido tratado podemos encontrar en la red numerosas reproducciones digitales, nos ha llamado la atención esta magnífica edición que se encuentra en la Biblioteca Nacional (R/8514), de la primera traducción al español del Dioscórides; comentada e ilustrada por el médico segoviano Andrés Laguna (1499-1559), se imprimió en Amberes en 1555.

Un ejemplar de esta obra, impreso en Salamanca en 1563, fue donado al Museo de Valladolid en 1879 por el notario vallisoletano Don Casto Simón Toranzo, ejemplar que se encuentra en la actualidad en la Biblioteca Histórica de Santa Cruz (SC/12709).

En la Biblioteca del Museo de Valladolid (FA/1081 y R/1082), en su fondo antiguo, encontramos otro ejemplar del Dioscórides. Se trata de la edición en lengua griega realizada entre 1906 y 1914. Max Wellman, que era el editor científico del proyecto, intentó establecer una edición definitiva del Dioscorides a partir de las diferentes versiones existentes. Nuestro ejemplar se encuentra incompleto ya que nos falta el v. 3 correspondiente al libri V. El texto está en la lengua original, en griego con un prefacio en latín. Si sois buenos con las lenguas clásicas lo podéis consultar en la biblioteca del museo, signaturas…

Dioscórides, De Materia medica, ed. Max Wellman, vols. 1 y 2

Con un formato más actual, la Universidad de Salamanca ha creado un “portal digital” al que han llamado “Dioscórides Interactivo”. Es un trabajo colaborativo que reúne a especialistas de varias disciplinas; farmacéuticos, filólogos, informáticos, botánicos etc. Se basa en un Dioscórides manuscrito fechado en 1488 que posee la Biblioteca Histórica de la Universidad de Salamanca. Se trata de una útil herramienta que permite manejar el texto, la traducción y las imágenes de la obra. http://dioscorides.usal.es/

Portada del Zeng ding Tu zhu ben cao bei yao (1694-1722)

Uno de los libros más raros que tenemos en el Museo de Valladolid es un libro chino, escrito en el siglo XVII, Zeng ding tu zhu ben cao bei yao cuyo autor es el médico chino Wang Ren-An o Wang-Ang (1615-1695). La traducción del título al español es “Edición abreviada y revisada con notas ilustradas de Raíces y hierbas medicinales”. Contiene grabados xilográficos de plantas, minerales y animales. Las hojas del libro son muy finas como de papel de arroz (aunque los análisis han determinado que se trata de fibra de morera) y se encuentran dobladas por el lado no impreso. Este libro fue restaurado en el Centro de Conservación y Restauración de Bienes Culturales de Castilla y León, en Simancas, en 2010 y se guarda en una caja de conservación especialmente realizada para él.

Dos páginas del Zeng ding Tu zhu ben cao bei yao

En la Universidad de Yale encontramos uno de los libros mas raros y curiosos de la historia. Se trata de una obra escrita en una lengua desconocida, conocido como Manuscrito Voynich, Cipher (Beinecke MS 408), datado en el siglo XV. Lo traemos a colación en este post ya que en este códice observamos multitud de dibujos de plantas, y algunos estudiosos y criptógrafos que han intentado transcribir el códice creen que se trata de un repertorio de plantas medicinales. Os dejamos el enlace con el documento completo por si alguien se anima e intenta descifrarlo (no sirve el traductor de Google). También las imágenes en Wikimedia Commons.

Manuscrito Voynich (Yale Beinecke MS 408, 87v) Commons

Entre los objetos recibidos en donación por el Museo de Valladolid, por parte de la familia Bellogín, se encuentran varios libros antiguos de uso normal por los farmacéuticos en el s. XIX. Entre ellos destacamos la cuarta edición de la Pharmacopoea Hispana, impresa en Madrid en 1817 y todavía publicada en latín en latín. Estas farmacopeas eran documentos oficiales, de posesión obligatoria para todos los farmacéuticos, en base a los cuales debían elaborar los medicamentos siguiendo unos estándares de calidad establecidos.

Ars cum Natura ad Salutem conspirans. La Medicina desvela a la Naturaleza ante el Arte de la Farmacia. Grabado de Blas Ametller en la portada de Pharmacopoea Hispana (1817)

La continuidad de estas farmacopeas se encuentra en la actualidad en la Real Farmacopea Española publicada ya exclusivamente en formato electrónico y consultable en línea a través de la Agencia Estatal Boletín Oficial del Estado, previo pago de una suscripción.

Otro de los libros que nos ha llegado por la donación es obra de uno de los farmacéuticos de la dinastía Bellogín: don Ángel Bellogin Aguasal (1841-1920) fue uno de los farmacéuticos más destacados del s. XIX y principios del XX en Valladolid. Se trata del Prontuario sinóptico de farmacografía moderna (1902), obra de la que se realizaron cuatro ediciones entre 1895 y 1902, lo cual nos habla de la gran utilidad de este libro para los farmacéuticos de su época. En ella Ángel Bellogin ofrece a sus colegas una guía de uso práctica y sencilla para afrontar el conocimiento de los principios activos. y la elaboración de medicamentos.

Ángel Bellogin Aguasal, Prontuario sinóptico de farmacografía moderna (1902),

Ángel Bellogin Aguasal fue autor de otros muchos títulos de materia farmaceútica, entre los que podemos destacar el Manual del practicante de farmacia (1875) o Contribución al conocimiento de especialidades o Formulario crítico de especialidades y secretos (1890). Fue traductor de obras francesas como el Codex medicamentarius: ó farmacopea francesa (1870). Pero también fue un relator y cronista de su época, como vemos en la serie de artículos publicados en el diario El Norte de Castilla relatando la revolución de 1868, “La Gloriosa”, en Valladolid, recogidos por el catedrático Rafael Serrano en su obra La revolución liberal en Valladolid (1808-1874).

por Jesús Ares Galván

Enlace al vídeo promocional de la exposición.

Para saber más:

– Eloísa Wattenberg García, Las antiguas farmacias Bellogín en el Museo de Valladolid [Catálogo de la Exposición], Valladolid: Junta de Castilla y León, 2020. Enlace para descargar el Catálogo.

Sobre la familia Bellogín:

– Miguel Avedillo Salvador, [Los Bellogín]: Adiós a una gran familia de ilustres farmaceuticos, Valladolid: Imp. Duero, 1974.

Sobre Ángel Bellogín Aguasal y su Prontuario Sinóptico:

–  Cristina Riera Climent, Juan Riera Palmero, «Ángel Bellogín Aguasal (1841-1920). Académico y farmacéutico de Valladolid«, Anales de la Real Academia de Medicina y Cirugía de Valladolid, 53, 2016, pp. 221-299.

–  Ángel Bellogin Aguasal, Prontuario sinóptico de farmacografía moderna, Valladolid : Imprenta de H. de J. Pastor, 1895. Enlace a la obra en la Biblioteca Virtual de la Real Academia Nacional de Farmacia.

–  Ángel Bellogin Aguasal, Prontuario sinóptico de farmacografía moderna, Valladolid : Imprenta de H. de J. Pastor, 1895. Enlace a la obra en la Biblioteca Digital de Castilla y León.

–  Ángel Bellogin Aguasal, La farmacia en sus relaciones: lectura dada en la Asociación Médico-Quirúrgica de Valladolid, Valladolid : Hijos de J. Pastor, 1886. Enlace a la obra en la Biblioteca Digital de Castilla y León.

–  Ángel Bellogin Aguasal, «Tres cartas al Sr. D. José Ortega Zapata, en Badajoz». Incluidas en José Ortega Zapata, Solaces de un vallisoletano setentón, Valladolid: Luis N. de Gavira, 1895.

Sobre De la materia médica de Pedacio Dioscórides Anazarbeo:

– El Portal Dioscórides interactivo de la Universidad de Salamanca, enlace

– El De materia medica de Dioscórides en el proyecto de la Wikipedia española.

Sobre la primera edición del Dioscórides en Español:

– El traductor, Andrés Laguna, en el proyecto de la Wikipedia española

– Pedacio Dioscorides anazarbeo, Acerca de la materia medicinal y de los venenos mortiferos / traduzido de lengua griega en la vulgar castellana & illustrado con claras y substantiales annotationes, y con las figuras de innumeras plantas exquisitas y raras por Andres de Laguna …, Anuers: en casa de Iuan Latio, 1555. Emisión impresa en vitela e iluminada de la primera edición para presentársela a Felipe II, entonces príncipe regente de las Coronas de Castilla y Aragón. Biblioteca Nacional (R/8514).  Enlace a la obra

– Ejemplar coloreado de la emisión impresa en papel de la primera edición, perteneciente a la Biblioteca Histórica de Santa Cruz. Enlace que permite descargar el ejemplar (BU/01271)

– El ejemplar del Museo de Valladolid: Pedacio Dioscorides Anazarbeo, Acerca de la materia medicinal, y de los venenos mortiferos / traduzido de lengua griega… Salamanca:  por Mathias Gast, 1563. Actualmente en la Biblioteca Histórica de Santa Cruz. Enlace que permite descargar el ejemplar (SC/12709).

Sobre la edición de Max Wellman:

Recensión de Stata Norton a la traducción de Lily Y. Beck, de la edición del texto griego de la edición de Max Wellmann del De materia medica de Pedanius Dioscorides. (Hildesheim, Germany, Olms-Weidmann, 2005)

Los tres volúmenes de la edición definitiva en griego del Dioscórides de Max Wellmann (1863-1933) en Gallica, la biblioteca digital de la Biblioteca Nacional de Francia

– Los volúmenes I, II y III de la edición del Dioscórides de Max Wellmann en el proyecto Internet Archive.

Sobre el libro chino del Museo de Valladolid:

– Wang Ang, Zeng ding tu zhu ben cao bei yao, China : s.n., Qing Kangxi i.e. entre 1694 and 1722?. Parece ser que hay ejemplares en la Universidad de Londres, en la Biblioteca Pública de Nueva York y en la Biblioteca Nacional de Francia.

– Taciana Fisac, Du Wenbin y Wu Yun, Manual de bibliografía china: Catálogo de obras chinas antiguas existentes en las bibliotecas españolas (Xibanya tu shu guan Zhongguo gu ji shu zhi), Shanghai: Centro de Estudios de Asia Oriental de la UAM, 2010, pp. 295-299. Enlace al catálogo

Sobre la cuarta edición de la Real Farmacopea Hispana (1817):

– Juan Esteva de Sagrera, «Las farmacopeas hispanas». En [Homenaje al profesor] José Luis Gómez Caamaño, «Publicaciones de la Cátedra de Historia de la Farmacia», 5, Barcelona: Facultad de Farmacia, 1980, pp. 103-138.

– Antonio González Bueno, «An Account on the History of the Spanish Pharmacopoeias«,  Publicación del Working Group History of Pharmacopoeias de la International Society for the History of Pharmacy.

«La cuarta edición de la Pharmacopoea hispana … fue estrenada en diciembre de 1817, bajo el reinado del rey Fernando VII de España y la dirección técnica de la Junta Superior de Farmacia, reinstalada tras un período anterior de actuación del Protomedicato. El orden de su contenido es similar al de las ediciones anteriores: conocimientos médicos, pesos y medidas, preparaciones simples, formas farmacéuticas y preparaciones químicas, que todavía se escriben en términos obsoletos. Esta edición, como las anteriores, mantiene un abigarramiento de contenidos muy propio del propio texto barroco… que también caracterizó a la primera edición de la Farmacopea Hispánica«.

– La Real Real Farmacopea Española en el proyecto de la Wikipedia española.

Exposición: Los cantareros del Arrabal del Puente. Un alfar del siglo XVII en el Barrio de la Victoria (Valladolid)

1-cartelCantarerosUn alfar en el Barrio de la Victoria.

En Octubre de 2005, al realizar obras de infraestructura en la calle Rioseco del Barrio de la Victoria (Valladolid), se descubrieron vestigios de antiguas construcciones y abundantes restos cerámicos, que dieron lugar a su excavación arqueológica.

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– Fotografía de uno de los hornos del alfar de la calle Rioseco

Los trabajos permitieron identificar dos hornos de un alfar, así como un gran repertorio de fragmentos de vasijas y recipientes, restos de un taller de cierta entidad que allí estuvo establecido a mediados del siglo XVII.

El Arrabal del Puente.

Con este nombre de «Arrabal del Puente» o con expresiones como «fuera de la Puente Mayor», «fuera de la Puente del Río Mayor», «extramuros de esta ciudad, fuera del Puente Mayor»… se denominaba entre los siglos XVI y XIX al ámbito, más o menos urbano, situado al otro lado del río Pisuerga e inmediato al ‘Puente Mayor’ que a finales de la Edad Media era conocido como «allende la Puente». Quizá porque nos es conocido el entorno de los alfares ubicados en el núcleo antiguo de la ciudad -en la ‘calle de los Olleros’ (hoy Duque de la Victoria)- y en la morería (situada en torno a la calle de Santa María), donde desde época medieval se producía la mayor parte de la cerámica vallisoletana. El estudio de este nuevo obrador, al otro lado del río, suscita el interés por conocer su entorno urbano.

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– El barrio de ‘afuera de la Puente’ desde el Cerro de la Marruquesa en la Vista de Wyngaerde (1565)

Las Actas del Ayuntamiento, y la documentación referida a las fundaciones religiosas y a las propiedades particulares que allí se situaron, nos indican que en el siglo XVII este paraje vendría a ser el que esbozó Anton van de Wyngaerde en su Vista de Valladolid de 1565, y muy similar al que en 1738 dibujó el escribano Ventura Seco en su Mapa y planta de la Ziudad de Valladolid: Una barriada extramuros donde convergían varias sendas en la entrada a la ciudad por el ‘Puente Mayor’, en un espacio que a su vez daba acceso a la ‘Huerta del Rey’. Junto al río predominaban las riberas (fincas de recreo con sus casas, huertas, viñas y cultivos). Más allá, un caserío popular ceñido al arranque a los caminos que llevaban a Fuensaldaña, Cigales y Villanubla; y dispersos aquí y allá algunos establecimientos religiosos, entre los que destacaba el Convento de la Victoria.

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– El Barrio de la Victoria en el plano de Ventura Seco (1738)

Apenas hay noticia de obradores cerámicos en los siglos XVI y XVII en la margen derecha del río. La documentación poco añade a las evidencias arqueológicas. Solo en 1714, cuando la Comunidad de Trinitarios Descalzos hipoteca su viejo convento «de fuera del puente», al pie de la Maruquesa, se dice que la huerta de dicho convento llegaba, por la parte de abajo, hasta «las casas de los alfareros», lo que hace pensar que estos artesanos estuvieran allí asentados con anterioridad pues existen noticias a lo largo del siglo XVII de que diversos cantareros vivían «afuera de la Puente Mayor»: Antonio Pachón (1603)  Matías Entero (1659), Juan Gutierrez Manuel Farto (1664). Estos escuetos datos, aunque precisos, vienen a confirmarse ahora con la ubicación de nuestro alfar, ya que la parte «de abajo» de la huerta del convento de los Trinitarios quedaría inmediata a la zona dónde fue localizado.

La producción del alfar.

El alfar hallado en la calle Rioseco fabricó fundamentalmente ‘cantarería’ (recipientes destinados a conservar y acarrear el agua y otros líquidos) a la que se sometía a una sola cocción para facilitar su transpiración. El conjunto tiene una variada tipología: cántaros, botijas, ‘barriles’ y medidas para el vino, huchas, arcaduces, ‘ollas de panadero’, grilleras, pesas para las redes de pescar… y vajilla vidriada. Ésta última constituye un nexo entre la alfarería de las Edades Media y Moderna, y las tradicionales o contemporáneas, ya que tanto por las piezas que elaboraba, como por las técnicas del ‘teñido’, enjuaguetado, y vidriado, el alfar nos permite entender las posteriores producciones vallisoletanas de los siglos XIX y XX.

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– Diferentes tipos de ‘cantarería’ del alfar de la calle Rioseco

Barriles de clinclín para vino.

Este tipo de barrilillo es una de las piezas más interesantes, casi única y específica de las alfarerías populares de época contemporánea de Valladolid, Palencia y Burgos.

Es una botija con un sólo orificio de entrada y salida del líquido, al final del pitorro o pitón vertical situado en el centro de la parte superior y con una o dos asas, según el tamaño.

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– Barril de clinclín para vino del alfar de la calle Rioseco

En los alfares de Valladolid y provincia recibió los nombres de ‘barril’, ‘chupona’ (Medina de Rioseco), ‘barrila de clinquín’ o ‘quinquín’ (Arrabal de Portillo), o ‘botija de cla-cla-clá’ (Valladolid ciudad), debido al peculiar ruido que se generaba en su interior al producirse el vacío mientras se inclinaba para beber, y el propio vino, al salir, tapaba la entrada del aire.

Botijas de campo.

Las Botijas eran vasijas específicas para el agua. Así como el cántaro, del que en parte viene a ser como una miniatura, la botija, conocida al menos desde el siglo XVII, conforma en cada comarca una de las señas de identidad más característica, siendo una de las piezas estrella de la alfarería castellana y vallisoletana.

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– Botija del alfar de la calle Rioseco

En Valladolid, las botijas de una o dos asas y con molduras más o menos elaboradas presentan resaltes en la mitad del cuello y acanaladuras en el labio superior, que van desapareciendo con el tiempo, igual que el uso de un tinte rojizo, que es distintivo local.

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– Barriles de clinclín y botija del alfar de la calle Rioseco

La cantidad de barriles de vino y botijas de campo halladas en el alfar pueden muy bien ponerse en relación con las necesidades de alimentación y bebida en las faenas agrícolas, y especialmente con la siega y la vendimia, que requerían el concurso de muchas mano de obra concentrada en un corto período de tiempo. Cabría así deducir que la mayoría de los restos del alfar fueron desechados a principios del verano, época en la que se producían especialmente botijas para el agua y barriles para el vino, así como vasos y medidas de vino para las vendimias de septiembre.

Medidas de vino.

Por su abundancia, parecen ser la especialidad del alfar. De cuerpo globular, cuello alto y estrecho, con una pequeña asa en su parte inferior, las medidas se elaboraban en diferentes tamaños (media cántara, dos cuartillos, un cuartillo, tres copas, una copa y media copa), que luego eran ajustados y sellados por el ‘fiel contraste’ de la ciudad conforme a las medidas oficiales de la ciudad. En el caso de las de menor tamaño, el ajuste de la medida se hacía recortando y lijando el borde de la vasija. En el caso de las mayores, se practicaba una ventana en el cuello.

MEDIDAS

– Medidas de vino del alfar de la calle Rioseco

El ajuste incluía ‘la sisa’ un impuesto en especie que se aplicaba sobre los productos de primera necesidad como el vino, aceite, vinagre, carne, azucar… y consistía en entregar al comprador una cantidad de género menor que la que pagaba. La diferencia del producto se la quedaba el vendedor, que debía entregar su valor en dinero al recaudador del concejo.

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– Medida de vino de media copa, del alfar de la calle Rioseco

Cada concejo tuvo sus propias medidas y sisas, con el consiguiente desbarajuste, que sólo se consiguió eliminar a partir de 1879, con la implantación del sistema métrico decimal. Sólo entonces, el nuevo sistema que ahora utilizamos pudo desbancar a las unidades tradicionales usadas a lo largo de la historia por los comerciantes, artesanos y agricultores vallisoletanos.

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– Medida de media cántara de mediados del siglo XIX, fabricada para Zacarías Nemesio Ylera, de la Colección de Primitivo Gonzalez

En la muestra, dos medidas de vino de mayor  capacidad, con el sello impreso de la ciudad, son de las utilizadas a finales del siglo XVIII o inicios del XIX. Figuran en la exposición cedidas por Primitivo González.

Platillos sellados con el escudo de la ciudad.

De aspecto común, presentan la singularidad de que su base lleva estampillado el escudo de la ciudad, con tres ‘farpas’ o girones. Probablemente hacían juego con las medidas, y con sus sello reforzaban el carácter oficial de éstas. Aunque también podrían haber sido utilizados como ‘platos taberneros’ para recoger el vino que se derraba al venderlo.

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– Platillos sellados con el escudo de la ciudad, del alfar de la calle Rioseco

Vajilla vidriada.

Un pequeño conjunto de cerámicas, integrado por escudillas, jarras de diversos tipos, aceiteras… presentan su superficie vidriada en tonos verdes, melados y caramelo. Esto muestra que en este alfar se fabricaba también vajilla de mesa y otros objetos como bacines vidriados.

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– Repertorio de vajilla vidriada del alfar de la calle Rioseco

Hallazgos del alfar en Valladolid.

En distintas excavaciones arqueológicas realizadas en el casco urbano de Valladolid han aparecido muestras de alfarería que, por sus características, pudieron haber sido fabricadas en el Arrabal del Puente. Algunas de ellas, un poco más antiguas, puede proceder de otro de los alfares allí asentados, que fue descubierto  en la calle de la Olma (en los años 80 del siglo XX) y que, desgraciadamente, no se pudo excavar.

Enrique Echevarría Alonso Cortés,

Fernando Pérez Rodríguez-Aragón y

Eloísa Wattenberg García

– Barril de vino y botija de agua hallados en la excavación del pozo de una noria en la calle Leopoldo Cano ¿fabricado en los alfares del Arrabal del Puente?

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– Cántaro hallado en las excavaciones del Monasterio de San Benito ¿fabricado en los alfares del Arrabal del Puente?

 

Horario de la exposición:

Martes a sábado:

Mañanas 10 a 14h 

Tardes 16 a 19h (de Julio a septiembre: 17 a 20 h)

Domingos: 10 a14 h.

Lunes cerrado

Exposición: entrada gratuita

Para concertar visitas de grupos y horarios especiales:

Tfno: 983 351 389 / 675 577 135

Email: museo.valladolid.deac@jcyl.es

 

Para saber más:

Sobre los alfares de los cantareros del Arrabal del Puente Mayor:

– Javier Moreda, Un alfar de época moderna localizado en la calle Medina de Rioseco (Valladolid)Estudios del Patrimonio Cultural, 12, 2014, pp. 63-69.

– Mercedes Urteaga, Miren Aiere y Javier Moreda, “La cerámica rojo Valladolid”, en IV Coloquio Internacional sobre A cerâmica medieval no Mediterrâneo Ocidental (Lisboa – 1987), Mértola 1991, pp. 263-272.

Sobre la cerámica vallisoletana de la época moderna:

– Francisco Javier Moreda Blanco, Miguel Angel Martín Montes, Alejandro Fernández Nanclares, Mª Luz González Fernández, El Monasterio de San Benito el Real de Valladolid. Arqueología e historia, [Catálogo de la exposición], Ayuntamiento de Valladolid, Valladolid 1998.

– Manuel Moratinos y Olatz Villanueva Zubizarreta, “Los alcalleres moriscos vecinos de ValladolidActas VIIe Congrès International sur la Céramique Médiévale en Méditerranée (Thessaloniki – 1999), Atenas 2003, pp. 352-362.

– Francisco Javier Moreda Blanco, “Hornos y testares: Alfares en el Valladolid medieval y moderno“, en Conocer Valladolid: Curso de Patrimonio Cultural 2007-2008, Valladolid: Ayuntamiento-Real Academia de Bellas Artes, 2008, pp. 45-53.

– Fernando Pérez Rodríguez-Aragón y Eloísa Wattenberg García, Entre pucheros: Artes del barro en el Valladolid de Santa Teresa, [Guía de la Exposición], Valladolid: Asociación de Amigos del Museo de Valladolid, 2015.

Sobre la cerámica tradicional de Valladolid:

– Primitivo González Pérez, Cerámica preindustrial en la provincia de Valladolid, Valladolid: Colegio de Arquitectos, 1989.

– José Ignacio Romero Vergara, Hombre, barro y fuego en las tierras vallisoletanas, Valladolid: Caja de Ahorros Provincial, 1989.

– José Delfín Val, Alfares de Valladolid, Valladolid: Caja de Ahorros Provincial, 1981.

La cerámica en la Biblioteca del Museo de Valladolid

 

Como todos los años, coincidiendo con la festividad de los museos (18 de mayo), el Museo de Valladolid  inaugura una nueva exposición temporal en la que mostramos a nuestros visitantes  fondos de la colección que habitualmente no se encuentran expuestos.

En esta ocasión presentamos la producción de un alfar de cerámicas populares del siglo XVII, que se encontraba situado al otro lado del río Pisuerga, en el “Arrabal de fuera de la Puente Mayor, en el actual barrio de la Victoria de Valladolid. Se trata de un taller dedicado a producir cerámica para el agua: cántaros, botijas y ‘barriles’, especializado en la fabricación de medidas para el vino y en la fabricación de vajilla vidriada.

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– Cartel de la exposición Los Cantareros del Arrabal del Puente: un alfar del siglo XVII en el Barrio de la Victoria

La cerámica es un tema al que el Museo de Valladolid ha dedicado siempre un especial interés, no en vano buena parte de sus fondos expositivos están realizados con este material. La cerámica arqueológica, que tanta información nos proporciona sobre el pasado, ocupa buena parte de las vitrinas del museo; la cerámica de la Edad Moderna de carácter artístico se puede ver en uno de los torreones; o los interesantes azulejos del s. XVI de Hernando de Loaysa instalados en el vestíbulo de la biblioteca.

Sobre la temática alfarera el Museo lleva realizadas varias exposiciones: En 2015 presentamos “Entre pucheros: artes del barro en el Valladolid de Santa Teresa”, en 2009 mostramos los albarelos de  “La botica de San Ignacio” o, hace ya más tiempo, a finales de los 70, la dedicada a la “Cerámica popular de Castilla y León”.

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– Cartel de la exposición “Cerámica popular de Castilla y León”

La biblioteca del Museo, lógicamente, refleja este interés, encontrándose en ella una amplia colección de títulos relacionados con la cerámica. Podemos contabilizar alrededor de 600 obras centradas en este tema, lo que en una biblioteca con un fondo de algo más de 12.000 ejemplares supone un tanto por muy ciento elevado de sus fondos.

En este post presentaremos algunos libros que sobre cerámica encontramos en la biblioteca del Museo. Algunos nos han llamado la atención por su antigüedad o por su especial significado, otros los consideramos importantes por su aportación al conocimiento de este arte y técnica en el territorio vallisoletano.

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– Cubierta del Catálogo de la fábrica ‘Hijos de Ramos Rejano’, finales de la década de 1920

Un material bibliográfico curioso o raro que encontramos en la biblioteca del museo son dos muestrarios o catálogos comerciales antiguos de los que editaban las fábricas de cerámica para la venta de sus producciones.

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– Imagen de la contraportada en la que se puede observar a las Santas Justa y Rufina, patronas protectoras de Sevilla y  del oficio de la alfarería

El primero es de la fábrica de “Hijos de Ramos Rejano”, fundada por Manuel Ramos Rejano en 1895 y que estuvo funcionando hasta 1965. Se encontraba situada en el popular barrio de Triana de Sevilla. Está enfocado a la venta de zócalos de azulejos para decoración arquitectónica. Aunque no lleva fecha puede ser datado hacia 1929, la cubierta del catálogo está firmada por “M. Vigil-Escalera, Sevilla”, conocido pintor de azulejos sevillano que trabajó para esta fábrica entre 1915 y 1938. Consta de 18 láminas sueltas, sujetas por medio de un cordón lateral, con unas medidas de 185 x 180 mm, el taller de impresión al que se encargó la realización del catálogo es ‘Industrias Madriguera S.A.’ de Barcelona.

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– Uno de los zócalos de azulejos para venta del catálogo. En el lateral izquierdo se señalan las medidas

Otro muestrario comercial que nos ha llamado la atención es el de la conocida fábrica de cerámicas “Nuestra Señora del Prado”, que Juan Ruíz de Luna había abierto en Talavera de la Reina en 1908 y que estuvo en funcionamiento hasta 1961. Ruiz de Luna fue el recuperador de la antigua tradición alfarera de  la ciudad de Talavera. En Valladolid de esta fábrica encontramos, por ejemplo, los paneles con escenas de la historia de nuestra ciudad en el zaguán del Palacio de Pimentel (1939-1940).

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– Marca de la Fábrica de Ruiz de Luna S.L. que encontramos en la contracubierta, la luna mirando hacia la izquierda y las letras de Talavera enlazadas

Este catálogo pertenece a la que se considera tercera (y última) etapa de la fábrica, en la década de 1940.  El fundador Juan Ruíz de Luna traspasa en 1942 el negocio a sus hijos que pasa a denominarse “Ruiz de Luna S.L”. El catalogo nos muestra fotografías en blanco y negro de 158 piezas con su tamaño y su precio. Fue realizado en el ‘taller tipográfico Malvar’ de Madrid.

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– Cubierta del catálogo, como en el caso anterior la encuadernación es en rústica y las láminas están sujetas con un cordón lateral

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– Lámina en color y hoja de piezas con su precio de venta

El catálogo de exposición más antiguo dedicado a la  cerámica que hemos encontramos entre los fondos de la biblioteca es la que organizó la “Sociedad Española de Amigos del Arte” en 1910,  llevaba por título “Antigua Cerámica Española”  y el Duque de Alba cedió el Palacio de Liria de Madrid para su celebración. Según vemos en el catálogo, reunió 899 piezas de cerámica artística: porcelanas de la fábrica del Buen Retiro, loza y porcelana de Alcora, loza de Talavera, y loza hispano-morisca, procedentes de colecciones de particulares y del Museo Arqueológico Nacional.

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– Cubierta del catálogo de la exposición Antigua cerámica española

En la biblioteca conservamos el catálogo que se ofrecía a los visitantes de la muestra con la relación de piezas que allí se exhibían (sig. 266), este catálogo se complementaba con un álbum que contenía las fotografías de las cerámicas expuestas. El albúm no está en la biblioteca del Museo, pero catálogo y album han sido digitalizados por la Universidad de Barcelona, te dejamos el enlace por quieres curiosearlos.

Otra gran exposición sobre este tema se celebró en 1966, llevaba por título Cerámica española: de la prehistoria a nuestros días”. En ella se intentaba reunir una colección representativa de la cerámica de la Península Ibérica, desde las épocas más remotas hasta ese momento.

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– Cubierta del catálogo de la exposición Cerámica española

Fue organizada por la Dirección General de Bellas Artes cuando ésta estaba dirigida por Gratiniano Nieto Gallo (antiguo secretario del Museo de Valladolid) y celebrada en el Casón del Buen Retiro. El Museo de Valladolid colaboró en esta exposición con el préstamo de siete vasos hispano-visigodos de la necrópolis de Piña de Esgueva. El catálogo de esta exposición es un libro de pequeño formato.

De la alfarería tradicional vallisoletana -más cercana al tema de nuestra actual exposición-  se han ocupado varios autores. El cronista de la ciudad, José Delfín Val, publica en 1981  el libro Alfares de Valladolid”. Por su parte el profesor del Centro Cultural Vallisoletano Jose Ignacio Romero Vergara da a la imprenta, en 1989, la obra “Hombre, barro y fuego en las tierras vallisoletanas”, ambas editadas por la desaparecida Caja de Ahorros Provincial de Valladolid.

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– Portadas de ambas publicaciones sobre la alfarería tradicional

Queremos  destacar especialmente el estudio sobre la alfarería y cerámica del arquitecto Primitivo González Pérez que lleva por título “Cerámica preindustrial en la provincia de Valladolid“,  publicación de su tesis doctoral.

La presentación del libro en 1989 fue acompañada de una exposición con los materiales que habían servido de base al trabajo, y que tuvo tres sedes: el Palacio de Santa Cruz, la Iglesia de las Francesas y la Sala de exposiciones de la Caja de Ahorros Provincial.

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– Portadas de los dos tomos de la publicación de Primitivo González, Cerámica preindustrial en la provincia de Valladolid

La obra,  que consta de dos volúmenes, estudia la alfarería que con exclusiva finalidad utilitaria se realizó con un modo de producción artesanal a lo largo de los siglos XIX y XX en la provincia de Valladolid. El primer volumen se centra en las propias vasijas, describiendo la cadena operativa, los medios de producción y la arquitectura y distribución de los alfares vallisoletanos. El segundo estudia las lozas con cubierta estannífera blanca, los tejares y ladrilleras tradicionales y, especialmente, el empleo de los materiales cerámicos en la arquitectura tradicional vallisoletana.

Jesús Ares Galván

MEDIDAS

– Medidas para el vino fabricadas en el alfar de la Calle Rioseco

 

Horario de la exposición:

Martes a sábado:

Mañanas 10 a 14h 

Tardes 16 a 19h (de Julio a septiembre: 17 a 20 h)

Domingos: 10 a14 h.

Lunes cerrado

Exposición: entrada gratuita

Para concertar visitas de grupos y horarios especiales:

Tfno: 983 351 389 / 675 577 135

Email: museo.valladolid.deac@jcyl.es

 

 

Para saber más:

Sobre los alfares de los cantareros del Arrabal del Puente Mayor:

– Javier Moreda, «Un alfar de época moderna localizado en la calle Medina de Rioseco (Valladolid)«Estudios del Patrimonio Cultural, 12, 2014, pp. 63-69.

– Mercedes Urteaga, Miren Aiere y Javier Moreda, “La cerámica rojo Valladolid”, en IV Coloquio Internacional sobre A cerâmica medieval no Mediterrâneo Ocidental (Lisboa – 1987), Mértola 1991, pp. 263-272.

Sobre la cerámica vallisoletana de la época medieval y moderna:

– Olatz Villanueva Zubizarreta, Actividad alfarera en el Valladolid bajomedieval, «Studia Archaeologica», 89, Valladolid 1998.

– Manuel Moratinos y Olatz Villanueva Zubizarreta, «Los alcalleres moriscos vecinos de Valladolid«, Actas VIIe Congrès International sur la Céramique Médiévale en Méditerranée (Thessaloniki – 1999), Atenas 2003, pp. 352-362.

– Francisco Javier Moreda Blanco, Miguel Angel Martín Montes, Alejandro Fernández Nanclares, Mª Luz González Fernández, El Monasterio de San Benito el Real de Valladolid. Arqueología e historia, [Catálogo de la exposición], Ayuntamiento de Valladolid, Valladolid 1998.

– Francisco Javier Moreda Blanco, «Hornos y testares: Alfares en el Valladolid medieval y moderno«, en Conocer Valladolid: Curso de Patrimonio Cultural 2007-2008, Valladolid: Ayuntamiento-Real Academia de Bellas Artes, 2008, pp. 45-53.

– Fernando Pérez Rodríguez-Aragón y Eloísa Wattenberg García, Entre pucheros: Artes del barro en el Valladolid de Santa Teresa, [Guía de la Exposición], Valladolid: Asociación de Amigos del Museo de Valladolid, 2015.

Sobre la cerámica tradicional de Valladolid:

– Primitivo González Pérez, Cerámica preindustrial en la provincia de Valladolid, Valladolid: Colegio de Arquitectos, 1989.

– José Ignacio Romero Vergara, Hombre, barro y fuego en las tierras vallisoletanas, Valladolid: Caja de Ahorros Provincial, 1989.

– José Delfín Val, Alfares de Valladolid, Valladolid: Caja de Ahorros Provincial, 1981.

Obras antiguas sobre cerámica española en el Museo de Valladolid:

Hijos de Ramos Rejano, Sevilla (Triana) San Jacinto, 101: Fábrica de azulejos, cacharrería, cerámica artística en general,  [catálogo comercial], Sevilla: Hijos de Ramos Rejano, 1929.

Cerámicas Ruiz de Luna S.L. Talavera de la Reina (España), [catálogo comercial], Talavera de la Reina: Cerámicas Ruiz de Luna S.L. [1945?].

Catálogo de la exposición de antigua cerámica española, Madrid, s.n., 1910.

Cerámica española: de la Prehistoria a nuestros días [Catalogo de exposición], Madrid: Ministerio de Educación Nacional, Dirección General de Bellas Artes, 1966.

 

 

En el IX Centenario de la Muerte del Conde Ansúrez, fundador de Valladolid: Aproximación Bibliográfica

EloCon motivo de la apertura de la exposición temporal Valladolid y el Conde Ansúrez: verdad, tradición y leyenda con la que el Museo de Valladolid quiere conmemorar el noveno centenario del fallecimiento del Conde, vamos a iniciar en el blog de  los “Amigos del Museo de Valladolid” una serie de post o entradas con los que difundir y complementar la exposición y acercarnos a la figura histórica de Pedro Ansúrez (ca.1037-1118), el Peranzules de las crónicas y los romances, considerado repoblador y fundador de nuestra ciudad.

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– Valleolit 1118: Una hipótesis (Cómo pudo ser nuestra ciudad a principios del siglo XII)

En esta primera entrada nos acercaremos a la bibliografía sobre el Conde Ansúrez, es decir, a los trabajos y principales autores que han estudiado su figura, tanto los que se han centrado en el conde Pedro Ansúrez de una manera monográfica como la de aquellos que, desde la historia local, se han interesado por su papel como fundador o repoblador de Valladolid.

19. Dotacion Colegiata– El conde Pedro Ansúrez y su mujer Eilo Alfonso como fundadores de la colegiata de Santa María de Valladolid en 1095

No pretendemos en este post hacer una lista exhaustiva o de especialista, sino que queremos mostrar aquellos libros y artículos que consideramos importantes en el estudio sobre el Conde Ansúrez y también aquellos que, dado su fin divulgativo, pueden acercar a los no especialistas la figura de nuestro personaje. Proporcionamos el enlace para acceder a aquellos documentos que se encuentran digitalizados y colgados en la red, y, para los que no lo están, os dejamos las signaturas de la biblioteca del Museo, por si queréis acercaros a nuestro centro a consultarlos  (ya sabéis que en el Museo de Valladolid nos gustan las visitas).

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– Imagen de Pedro Ansúrez y su mujer Eylo Alfonso del libro Valladolid: sus recuerdos y sus grandezas de Casimiro González García-Valladolid (1900)

Queremos empezar por el que es considerado el primer historiador de Valladolid; nos referimos a Juan Antolínez de Burgos (1557-1638), que fue abogado y corregidor (alcalde nombrado por el rey) de nuestra ciudad a principios del s. XVII

Antolínez escribió a principios del XVII una Historia de la muy noble y leal ciudad de Valladolid, obra que no llegó a ver publicada pero de la que se conservan numerosas copias manuscritas, algunas de ellas continuadas y  anotadas por autores posteriores (e incluso una magníficamente ilustrada por Ventura Pérez) (BNE, Mss. 19.325-19.326), gozando de una gran autoridad entre los historiadores posteriores que lo suelen citar y utilizar (por no decir copiar más o menos libremente) en sus trabajos.

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– El conde Pedro Ansúrez dibujado por Ventura Pérez en su copia ampliada e ilustrada de la Historia de Valladolid de Juan Antolínez de Burgos (BNE Mss 19325, fol. 58)

En 1887,  el catedrático de Historia Universal y cronista de la provincia de Valladolid Juan Ortega y Rubio consigue finalmente, tras cotejar tres de los manuscritos, dar a la imprenta,  la Historia de Valladolid por Juan Antolínez de Burgos; publicada, corregida, anotada y adicionada con una Advertencia. Un siglo después, el Grupo Pinciano, hizo una reproducción facsímil de libro editado por Ortega, libro que podéis consultar en la biblioteca del Museo (Sign. 695).

Dedica Juan Antolínez de Burgos bastantes páginas a glosar y loar a nuestro conde, estudia su genealogía y linaje y destaca su labor promotora en Valladolid, atribuyéndole: la fundación de la Colegiata de Santa María,un palacio que luego será el Hospital de Santa María de Esgueva, la Iglesia de la Antigua, el Puente Mayor, la Parroquia de san Nicolás, otros dos hospitales, cofradías… en fin, demasiadas fundaciones aunque nuestro conde haya tenido tiempo para ello ya que, raro en la época, llegó a octogenario.

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– Lápida del Hospital de Todos los Santos (conservada en el Museo de Valladolid). En la inscripción, de 1669, se podía leer que fue fundado por P(edr)º Anssures y doña Yelo [su muger]

El segundo autor que queremos citar es Rafael de Floranes (1743-1801), un erudito ilustrado del s. XVIII que en vida no llegó a publicar nada de su vasta obra, pero a la que podemos acceder ahora gracias a la digitalización de sus manuscritos en la Biblioteca Digital Hispánica. Dentro de la colección de sus Apuntes para la Historia de Valladolid, manuscrita, que consta de 5 tomos, encontramos un opúsculo titulado Origen y descendencia del Conde D. Pedro Ansurez: sus memorias e ilustres acciones. Este opúsculo, fue publicado en 1890 por la Imprenta y Librería Nacional y Extranjera de Hijos de Rodríguez, de Valladolid. Nosotros sólo lo hemos podido consultar en la Biblioteca Auxiliar del Archivo Histórico de Valladolid, biblioteca por cierto, que posee un magnifico fondo bibliográfico sobre historia de Valladolid.

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Origen y descendencia del conde D. Pedro Ansúrez… Primera página del manuscrito de Floranes, inserto en el tomo 1 de sus «Apuntes para la Historia de Valladolid» (BNE Mss 11281, fol. 53r)

Floranes consideraba a Pedro Ansúrez el fundador de la ciudad, es decir, lo presenta como creador de una población nueva y al igual que Antolínez de Burgos repasa todas las supuestas fundaciones del Conde en Valladolid.

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Origen y descendencia del conde D. Pedro Ansúrez. Cubierta restaurada de la publicación de Floranes (1890) (Biblioteca Auxiliar del Archivo Histórico Provincial de Valladolid)

Con una metodología más moderna que los autores anteriores, encontramos la “Historia de Valladolid, de Juan Ortega y Rubio (1845-1925), autor del que ya hemos hablado como editor de la obra de Antolínez. Publicada en 1881, consta de dos tomos (Sign. 1058-1059), os dejamos dos ilustraciones: la litografía con el retrato del Conde Ansúrez que se encuentra en la anteportada, y un plano de Valladolid que nos muestra, en la hipótesis de Ortega, cuales pudieron ser los límites de la ciudad a la llegada del conde Pedro Ansúrez.

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Ya a principios del siglo XX destacaremos a Jose Zurita Nieto, otro autor importante en la historiografía del Conde, canónigo archivero de la catedral de Valladolid. En 1918, publica Apuntes documentados sobre el año de la muerte del Conde Don Pedro Assurez y acerca de su sepultura, epitafio y aniversario en la S.I.M. de Valladolid , editada por la «Sociedad de Estudios Históricos Castellanos» e impresa por la Imprenta Castellana.

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– Apuntes documentados sobre el año de la muerte del conde Don Pedro Assurez. Cubierta de la obra de José Zurita (1918)

En este libro, quizás con un estilo un poco farragoso, se defiende  (frente a los que afirmaban que tuvo que enterrarse en el monasterio de Sahagún) que los restos del Conde Ansúrez reposan en la catedral de Valladolid. Zurita, estudia el epitafio que se encuentra junto a la sepultura de la catedral vallisoletana, promoviendo además la celebración del octavo centenario de la muerte del conde. También aboga por el cuidado y enriquecimiento de su tumba. Por si eres más de papel que de digital, en la biblioteca del Museo de Valladolid puedes consultar un facsímil de este libro (Sign. 8711).

La primera biografía monográfica moderna sobre el Conde Pedro Ansúrez se la debemos a Justiniano Rodríguez Fernández (1910-1997), un autor muy centrado en el estudio de la Alta Edad Media del Reino de León. Lleva simplemente el título de Pedro Ansúrez y fue editada por la Diputación de León en 1966. En ella el autor resalta el carácter leonés de la figura del Conde Ansúrez y de los orígenes de Valladolid, formulando la discutible tesis de que Valladolid fue creada como ciudad fronteriza leonesa frente al reino de Castilla.

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–  Pedro Ansúrez. Portada de la obra de Justiniano Rodríguez (1966)

Dos catedráticos de Historia Medieval de la Universidad de Valladolid nos han dejado sendos trabajos de carácter divulgativo sobre el conde Pedro Ansúrez.

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–  Conde Ansúrez. Cubierta del cuaderno dedicado al Conde Ansúrez de Julio Valdeon (1983)

Julio Valdeón Baruque escribió dentro de una serie de biografías de personajes vallisoletanos, editadas por la desaparecida “Caja de Ahorros de Valladolid” entre los años 1983-1984, el cuaderno correspondiente al  Conde Ansúrez. Con su habitual didacticismo y ameno estilo nos presenta el contexto histórico, la biografía y un análisis de la relación de Pedro Ansúrez con nuestra ciudad. La biblioteca del Museo de Valladolid no lo conserva entre sus fondos, pero en la Biblioteca de Castilla y León lo puedes encontrar en la sección de referencia con Sign. VA 929 VAL, el título general de la colección es “Vallisoletanos: semblanzas biográficas”.

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«El conde Pedro Ansúrez». Cubierta de la obra y primera página del artículo de Pascual Martínez Sopena (2012)

El también catedrático Pascual Martínez Sopena dicta, dentro de los cursos Conocer Valladolid, organizados anualmente por la Real Academia de Bellas Artes de la Purísima Concepción, una conferencia titulada «El conde Pedro Ansúrez»,  que está recogida dentro de la publicación del VI curso 2012/2013. En ella nos presenta una consistente y actualizada biografía sobre el Conde Ansúrez, un estudio del Valladolid de la época, rematando el artículo con el estudio de la huella de Pedro Ansúrez en el Valladolid actual. En la biblioteca del Museo de Valladolid podéis encontrar el ejemplar en papel (Sign. 4298).

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– El Conde Pedro Ansúrez: Poder y dominio aristocrático en León y Castilla durante los siglos XI y XII. Cubierta de la publicación (2013).

Terminamos esta entrada mencionando la biografía de más reciente publicación sobre nuestro personaje: en 2013 la editorial Glyphos nos presenta El Conde Pedro Ansúrez. Poder y dominio aristocrático en León y Castilla durante los siglos XI y XII  un estudio completo de la figura del conde Pedro Ansúrez, obra de Andrés Barón Faraldo. En las 480 páginas de este volumen el autor hace un exhaustivo recorrido por la figura del personaje, actualizando los conocimientos biográficos, analizando el poder político y territorial del Conde Ansúrez y realizando una aproximación a lo que podría ser su mesnada o séquito. También la podéis encontrar en la biblioteca del Museo de Valladolid (Sign. 6715).

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-Portada del Catálogo de la exposición (2018).

Como hemos señalado al principio de este post, no pretendíamos hacer una bibliografía para especialistas. Pero no podemos dejar de mencionar a autores tan importantes en el estudio de Pedro Ansúrez como Amando Represa, medievalista y antiguo director del Archivo de Simancas, citado por casi todos los autores que estudian al Conde y cuyo plano de Valladolid con lo que él consideraba la expansión ansuriana de nuestra ciudad encontramos en casi todos los estudios (Sign. 2964). José Manuel Ruiz Asencio, catedrático de Paleografía en la Universidad de Valladolid, investigador y editor de las fuentes documentales sobre el Conde, que escribió en la Historia de Valladolid del Ateneo la parte correspondiente a la etapa medieval (Sign. 293). O la que quizás sea la historiadora que con más profundidad se ha acercado al Valladolid medieval, Adeline Rucquoi, con  su libro Valladolid en la Edad Media, editado por la Junta de Castilla y León en 1987 y reeditado con ampliaciones en 1997, el cual sigue siendo imprescindible para el estudio del Valladolid medieval (Sign. 3541-3542).

por Jesús Ares Galván

Horario de la exposición:

Martes a sábado:

Mañanas 10 a 14h

Tardes 16 a 19h (de Julio-septiembre: 17 a 20 h)

Domingos: 10 a14 h.

Entrada a la exposición: gratuita

Para concertar visitas:

Tfno: 983 351389

Email: museo.valladolid@jcyl.es

 

Para saber más sobre la exposición:

-Eloísa Wattenberg (coord.), Valladolid y el conde Ansúrez: Verdad, tradición y leyenda,  Asociación de Amigos del Museo de Valladolid, Valladolid, 2018.

Para saber más sobre el Conde Ansúrez:

-Fernando Pérez Rodríguez-Aragón, «El conde Pedro Ansúrez: Esbozo de una biografía», en Eloísa Wattenberg (coord.), Valladolid y el conde Ansúrez: Verdad, tradición y leyenda,  Asociación de Amigos del Museo de Valladolid, Valladolid, 2018, pp. 10-15.

-Rafael de Floranes, «Origen y descendencia del Conde D. Pedro Ansúrez, y sus memorias e ilustres acciones«, Manuscrito incluído en Apuntes para la historia de Valladolid, Tomo 1, fol. 53r-71v. Biblioteca Nacional de España, Mss. 11281.

-Rafael de Floranes, Origen y descendencia del Conde D. Pedro Ansúrez, Imp. y Librería Nacional y Extranjera de Hijos de Rodríguez. Valladolid, 1890.

José Zurita NietoApuntes documentados sobre el año de la muerte del Conde Don Pedro Assurez y acerca de su sepultura, epitafio y aniversario en la S.I.M. de Valladolid, Sociedad de Estudios Históricos Castellanos. Valladolid, 1918Ficha de la obra en la Biblioteca Digital de Castilla y León

-Justiniano Rodríguez Fernández, Pedro Ansúrez, Diputación de León. León, 1966.

-Julio Valdeón Baruque, Conde Ansúrez, Valladolid, Obra Cultural de la Caja de Ahorros Popular de Valladolid, «Vallisoletanos: Semblanzas biográficas», 12. Valladolid, 1983.

-Julio Valdeón Baruque, “Valladolid y el Conde Ansúrez”, en J. Valdeón (ed.): Valladolid en el mundo: La Historia de Valladolid, Valladolid: Ámbito ed., pp. 105-116; reeditado en J. Valdeón (dir.): Historia de Valladolid, Valladolid: Ámbito ed., pp. 81-87.

-Pascual Martínez Sopena, «El Conde Pedro Ansúrez», en Conocer Valladolid 2012: VI Curso de Patrimonio Cultural, Real Academia de Bellas Artes de la Purísima Concepción. Valladolid, 2013, pp. 185-216.

-Andrés Barón Faraldo, El Conde Pedro Ansúrez: Poder y dominio aristocrático en León y Castilla durante los siglos XI y XII, ed. Glyphos. Valladolid, 2013.

 

Para saber más sobre el Conde Ansúrez y la Historia de Valladolid de Juan Antolínez de Burgos:

-Fernando Pérez Rodríguez-Aragón, «Valladolid, la villa del conde Ansúrez», en Eloísa Wattenberg (coord.), Valladolid y el conde Ansúrez: Verdad, tradición y leyenda,  Asociación de Amigos del Museo de Valladolid, Valladolid, 2018, pp. 16-23.

Fernando Pérez Rodríguez-Aragón, y Eloísa Wattenberg, «Verdad, tradición y leyenda. la memoria de Peranzules», en Eloísa Wattenberg (coord.), Valladolid y el conde Ansúrez: Verdad, tradición y leyenda,  Asociación de Amigos del Museo de Valladolid, Valladolid, 2018, pp. 24-41.-

-Juan Antolínez de Burgos, Historia de Valladolid que dexó manuscrita Juan Antolinez de Burgos… (Copia realizada en 1779 para Rafael de Floranes, de la que realizó en Juan Antonio de la Reguera en 1695, de la que dejó escrita Juan Antolínez en 1641 y que se conservaba en el Archivo de la Valladolid; contiene gran cantidad de anotaciones de la mano de Floranes). Biblioteca Nacional de España,  MSS/10662.

-Juan Antolínez de Burgos, Historia de Valladolid que dejó manuscrita Juan Antolínez de Burgos; ilustrada con varias disertaciones por Rafael de Floranes Vélez de Robles. Biblioteca Nacional de España, MSS/7163

-Juan Antolínez de Burgos, Historia de Valladolid que dejó manuscrita Juan Antolínez de Burgos… (Copia de 1722). Tiene el interés de que fue uno de los manuscritos cotejados por Juan Ortega Rubio para dar a la imprenta la Historia de Antolínez de Burgos y su antigua pertenencia al antiguo Museo Provincial de Bellas Artes de Valladolid. Biblioteca Histórica de Santa Cruz, MS/324

-Juan Antolínez de Burgos, Historia de Valladolid: publicada, corregida, anotada y adicionada con una Advertencia de Juan Ortega y Rubio, Imp. y Librería Nacional y Extranjera de Hijos de Rodríguez. Valladolid, 1887. Ficha de la obra en la Biblioteca Digital de Castilla y León

-Ventura Pérez, Historia de la muy noble y muy leal ciudad de Valladolid: con los autores más clasicos que de ella han hecho mención hasta el año de 1760 y en adelante. Biblioteca Nacional de España, MSS/19.325-19.326

Dado el carácter colaborativo de esta bitácora, si echáis de menos a algún autor, nos podéis mandar un comentario diciéndonos qué autor o autores nos hemos dejado fuera y lo incorporaremos a esta bibliografía sobre el Conde Ansúrez.

Zorrilla y el Romanticismo en la Biblioteca del Museo de Valladolid

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Homenaje del Museo de Valladolid a José Zorrilla, en el Día del Libro, I

Zorrilla tenía un gran lobanillo o protuberancia a un lado de la cabeza. Su indumentaria era modesta, pero los ojos le relampagueaban el espíritu genial. Cuando le conocí me sentí conmovido. Era don José Zorrilla

Ruben DarioLa vida de Rubén Darío escrita por él mismo

– Retrato de José Zorrilla en La leyenda de Don Juan Tenorio (1895) y su modelo original, una fotografía realizada en Barcelona por Juan Martí y Centellas (Fundación Juan March).

Con motivo del doscientos aniversario del nacimiento en Valladolid del poeta y dramaturgo José Zorrilla (1817-1893), y coincidiendo con la celebración del Día del Libro, el Museo de Valladolid quiere rendir un pequeño homenaje al poeta que más nomina el plano de nuestra ciudad: el paseo principal, la plaza donde se encuentra su estatua, un teatro, un instituto (durante mucho tiempo el único Instituto de la ciudad), un colegio público, su Casa-Museo, el estadio de futbol… Para ello quiere establecer una relación entre el romanticismo literario que encarna Zorrilla y el que de alguna manera encontramos en el origen del Museo de Valladolid (creado como Museo Provincial de Antigüedades) y su biblioteca.

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– Portada de La leyenda de Don Juan Tenorio (1895)

Aunque el primer libro anotado en el libro registro de la biblioteca del Museo de Valladolid sea del año 1880 -un poco alejado del Romanticismo- podemos rastrear entre los fondos del siglo XIX de la biblioteca del Museo algunas obras que mantienen ese espíritu romántico que tan bien nos supo transmitir José Zorrilla. Se trata de obras pertenecientes al antiguo Museo de Antigüedades, inaugurado en 1879 y procedente a su vez de la más romántica Galería Arqueológica (1875) del Museo Provincial de Bellas Artes, el germen del actual Museo de Valladolid.

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– Fachada del Antiguo Museo Provincial de Bellas Artes de Valladolid (en el Colegio de Santa Cruz). Foto de Jean Laurent (ca. 1872) servida por el INHA (Institut National d’Histoire de l’Art ) de Francia

José Zorrilla fue un autor fiel al romanticismo durante toda su vida, su visión de la Arqueología y del Arte se sitúa dentro de esa estética propia de los románticos literarios: amor por las ruinas, medioevo, antigüedades, misterio, brumas… una sensibilidad diferente de la de los realistas literarios o positivistas de finales del siglo XIX, con los que convivió en la última etapa de su vida y que le hacía parecer algo pasado de fecha en su época.

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– Cartel de los Actos de la Coronación de Zorrilla en Granada, servido por la BDH 

A pesar de ser poeta y dramaturgo de un talento extraordinario, reclamado por editores y por teatros ¡cuántas veces se habrá representado su Don Juan!, y muy popular entre sus contemporáneos, que veían en él al prototipo de poeta (no en vano fue coronado en Granada como ‘poeta nacional’), las penalidades económicas le agobiaron prácticamente durante toda su vida, por esta razón escribió (según él mismo nos dice en la introducción) el primer libro que comentamos de los fondos de la biblioteca del Museo de Valladolid.

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– Retrato oficial de la coronación de José Zorrilla en el Patio de los Leones de la Alhambra de Granada. Foto de Rafael Garzón (Colección Isabel Cagigas) en la exposicióEl Rostro de las letras

Recuerdos del tiempo viejo, (1880-1882, 3 v.) es una recopilación de artículos publicados en El Imparcial el periódico más prestigioso e influyente del finales del s. XIX en España, concretamente en su suplemento semanal literario titulado “Los lunes del Imparcial”. El director y fundador del periódico, Eduardo Gasset, sensibilizado con los problemas económicos por los que atravesaba el poeta, le propuso la colaboración en esta publicación para aliviar su situación económica.

El libro fue publicado en Barcelona, ciudad muy del gusto de José Zorrilla, en la que vivió y que también lo aclamó como poeta, y está dedicado a otro poeta: su amigo José Velarde, autor de un poemario que encontramos también entre los fondos de la biblioteca del Museo de Valladolid, el cual lleva el romántico título de Meditación ante unas ruinas (1889).

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– Cubierta de Meditación ante unas ruinas (1889), obra de José Velarde

En Recuerdos del Tiempo Viejo, Zorrilla -ya en los umbrales de su vejez- escribe sus memorias, unos recuerdos escritos en una prosa fácil y amena, e iniciados con la famosa lectura de los versos al pie de la tumba del suicida Larra. Aparte de su valor literario y biográfico, el libro nos sirve de reflejo de la vida y ambientes del siglo XIX español.

El ejemplar de la biblioteca del Museo tiene sello (marca de propiedad) de la Comisión de Monumentos de Valladolid, institución promotora y formadora de la Galería Arqueológica y del Museo de Antigüedades.

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– Portada del Recuerdos del Tiempo Viejo (1880)

El «Semanario Pintoresco Español» (1836-1857) es quizás la más importante revista de la época romántica en España, fue dirigido algunos años por Mesonero Romanos y en ella publicaron los principales escritores románticos. Una de las principales novedades del Semanario… fue que introdujo en sus páginas el grabado xilográfico, lo cual permitía imprimir el grabado al mismo tiempo que el texto, soportando miles de copias.

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– Portada del «Semanario Pintoresco Español» correspondiente a 1850

La Biblioteca del Museo de Valladolid posee encuadernados los años 1850 y 1851. José Zorrilla colaboró con el semanario publicando poemas, leyendas y tradiciones entre 1838 y 1855.

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– El poema de José Zorrilla: Un cuento de Amores, publicado en el «Semanario Pintoresco Español» correspondiente a 1850

En esta misma revista escribió con regularidad el riosecano, condiscípulo y émulo de José Zorrilla, Ventura García Escobar (1817-1859). Ambos coincidieron estudiando leyes en Valladolid, dónde Pedro de Madrazo les inculcaría a ambos el gusanillo del romanticismo. Poeta, novelista, dramaturgo y político publicó en el «Semanario Pintoresco Español» un gran número de artículos con especial atención a los monumentos de su ciudad natal y comarcas aledañas.

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– Ventura García Escobar (retrato incluido en su obra Los Comuneros, según Regueras y Pérez de Castro, 2009)

Imitador de José Zorrilla, compuso  y estrenó obras dramáticas como Juana de Castilla [la Beltraneja] y Engaños por desengaño.  Inédita quedó, sin embargo, hasta después de su muerte Los últimos de los godos, que pretendía ser la segunda parte del Puñal del godo, de José Zorrilla. En los ejemplares del «Semanario Pintoresco Español» que conserva la Biblioteca del Museo de Valladolid se contienen sus artículos sobre varias iglesias riosecanas: «El templo de Santa maría de la Asunción«, «El templo de Santa Cruz«, «El templo del apóstol Santiago«, «El templo de San Miguel de Media-Villa«; y «El castillo de Belmonte [de Campos]«.

La Historia General de España, escrita entre 1850 y 1866 por Modesto Lafuente (1806-1866), es considerada modelo de historiografía liberal romántica. Esta obra, compuesta en su primera edición por 29 volúmenes, tuvo mucho éxito en la segunda mitad del s. XIX; en parte por el apoyo gubernamental recibido ya que Lafuente era un liberal moderado, partidario de Isabel II.

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– Retrato de Modesto Lafuente en  su  Historia General de España

Creadora de los estereotipos historiográficos de carácter nacional que poblaron los libros de texto de los siglos XIX y XX: Viriato, la defensa de Numancia, Pelayo y la reconquista, los Reyes Católicos…, desarrolla el concepto de nación española, de pueblo español.

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– Portada del tercer tomo de la  Historia General de España

La edición que posee el Museo de Valladolid, fue la que realizaron en Barcelona los editores Montaner y Simón [que tanto ayudaron a José Zorrilla y por cuya causa éste se trasladó a vivir a la Ciudad Condal] entre los años 1887-1890, que consta de 25 volúmenes. Tiene la llamada encuadernación de editor en tela, en el centro escudo real dorado y está firmada por el dibujante y arquitecto (Josep) Vilaseca (i Casanovas).

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– Cubierta de la  Historia General de España

Otra obra impregnada del espíritu romántico, que también encontramos entre los fondos de la biblioteca del Museo, son algunos volúmenes de la serie España, sus monumentos y artes, su naturaleza e historia”, obra en 27 volúmenes, publicada por Daniel Cortezo en Barcelona entre los años 1884-1891, y realizada por un grupo de autores entre los que podemos destacar al efímero presidente de la 1ª República Francisco Pi Margall, que realizó el volumen de Cataluña.

– Cubierta y portada del tomo de  Recuerdos y Bellezas de España  correspondiente a las provincias de Valladolid, Palencia y Zamora (1885)

El tomo de Valladolid de esta serie incluye también las provincias de Zamora y Palencia. Fue escrito por el periodista, archivero, arqueólogo e historiador, José María Quadrado (1819-1896), coetáneo y cercano ideológicamente a Zorrilla. Este libro es en realidad una reedición del texto de Recuerdos y Bellezas de España (1861), pero sustituyendo las litografías de Parcerisa por fotograbados y heliografías, más modernos. En el centro de la cubierta del libro encontramos estampado el escudo de la ciudad de Valladolid.

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– El Ayuntamiento de Valladolid y la torre de San Benito en  Recuerdos y Bellezas de España

Dentro de la Arqueología romántica encontramos autores como José Amador de los Ríos, José Caveda, Pedro de Madrazo o Manuel de Assas (los dos últimos amigos de Zorrilla de la época de estudiantes). Desgraciadadamente, ninguno de ellos está presente con sus obras en la biblioteca del museo.

También queremos destacar la labor que realiza en esta época la Real Academia de la Historia, institución que se encarga de la Arqueología nacional hasta la fundación en 1867 del Museo Arqueológico Nacional y de la que el Museo de Valladolid posee el “Memorial Histórico Español: colección de documentos, opúsculos y antigüedades”.

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– Noticias arqueológicas en el “Memorial Histórico Español: colección de documentos, opúsculos y antigüedades”

Queremos acabar este post presentando una obra del que es considerado por algunos como el padre de la Prehistoria española, el geólogo y naturalista Juan Vilanova y Piera (1821-1893). Coincide cronológicamente con Zorrilla, aunque al proceder del ámbito científico tiene un carácter más positivista. Se trata del Atlas Geográfico Universalrealizado en colaboración con Otto Neusel y publicado en 1877 por los hermanos Astort.

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– Portada de la parte teórica del Atlas Geográfico Universal

Es un atlas de grandes dimensiones (62 x 44 cm) y de gran peso (nos costó bajarlo de la parte alta de una estantería). Se divide en dos partes, cada una con portada propia, en la primera encontramos un texto teórico sobre Geografía, la segunda son los mapas del atlas. Los mapas geográficos ocupan doble hoja y llevan en su parte superior un grabado alegórico referente al lugar que representan.

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– Hoja dedicada a Oceanía del Atlas Geográfico Universal

por Jesús Ares Galván

Para saber más:

– Juan Ortega Rubio, Vallisoletanos ilustres (bocetos): «VIII. D. José Zorrilla«, Valladolid : Imp., Lib., Heliografía y Taller de Grabados de Luis N. de Gaviria, 1893, pp. 51-60.

Biografía de José Zorrilla en la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes.

Apunte biográfico de José Zorrilla en la Biblioteca Digital de Castilla y León.

Apunte biográfico de José Zorrilla en la Gran Enciclopedia Catalana.

José Zorrilla en el proyecto de la Wikipedia española.

– José Zorrilla, Recuerdos del tiempo viejo, Barcelona: Imprenta de los Sucesores de Ramírez y Cª, 1880-1882.

– José Zorrilla, Recuerdos del tiempo viejo en Wikisource.

– Narciso Alonso Cortés, Zorrilla : su vida y sus obras, Valladolid: Imprenta Castellana, 1916-1920.

– Narciso Alonso Cortés, Zorrilla : su vida y sus obras, tomo I y tomo II, Valladolid: Imprenta Castellana, 1917 y 1919. Dedicado por el autor a Américo Castro, en la Biblioteca Digital del Archivo de Internet.

– Poesías completas de José Zorrilla en la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes.

– Emiliano Ramírez Ángel, José Zorrilla: biografía anecdótica, Madrid: Tipografía Yagües, 1915.

«Zorrilla a través de los documentos«. Proyecto de catálogo de la documentación archivística relativa a José Zorrilla desarrollado por el Archivo Municipal de Valladolid (AMVA).

Zorrilla en el Archivo de la Real Academia Española.  Proyecto del Archivo de la RAE.

El Valladolid de Zorrilla: Semblanza de la ciudad de Valladolid en el Siglo XIX (forma parte de la página web oficial de los actos de conmemoración del bicentenario del nacimiento de José Zorrilla por el Ayuntamiento de Valladolid).

– Julián Gómez de Maya, «José Zorrilla, el último manteísta (o la supresión del traje talar en las universidades», Cuadernos del Instituto Antonio de Nebrija de Estudios sobre la Universidad. CIAN, 14/2, 2001, pp.  229-264.

– Raquel Esther Sánchez García, «La coronación de José Zorrilla en 1889: política, negocio y espectáculo en la España de la Restauración«Mélanges de la Casa de Velázquez, 41/2, 2011, pp. 185-203.

– Raquel Esther Sánchez García, «La muerte del poeta. Funeral de estado y ritual social en el fallecimiento de José Zorrilla (1893)«Hispania: Revista española de historia, 75, 2015, pp. 147-142.

– Publio López Mondéjar, El rostro de las letras: Escritores y fotógrafos en España, desde el Romanticismo a la generación de 1914, Madrid: Real Academia Española, 2014. (Catálogo de la exposición organizada por Acción Cultural Española).

– Zorrilla en la exposición «El rostro de las letras«. Entrada en el Blog «Don Juan: mito y literatura».

– Jorge Urrutia, «Zorrilla en el Romanticismo«. Conferencia pronunciada dentro del ciclo Cuatro lecciones sobre Zorrilla, en la Fundación Juan March, 1l 16 de noviembre de 1993.

– Mariano Ayarzagüena Sanz, «Juan Vilanova y Piera: padre de la prehistoria española», Revista de arqueología, 108,  abril 1990, pp. 40-43.

– Francisca Hernández Hernández, «Las revistas románticas españolas y su visión del patrimonio arqueológico«,  Complutum, 9, 1998, pp. 231-254.

Juan Vilanova y Piera, Atlas Geográfico Universal, Madrid: Astort, 1877. Servido por la Biblioteca Valenciana Digital.

Para saber algo más sobre la vida y la obra de Ventura García Escobar:

– Ventura García Escobar en el proyecto Biblioteca Virtual Wikia.

Ventura García Escobar en el blog «Poetas Siglo XXI – Antología Mundial».

– Pedro Ojeda Escudero, Ventura García Escobar (1817-1859): Biografía y Obra dramática, Valladolid: Diputación Provincial, 1990.

– Mª Victoria Álvarez Rodríguez, «Ventura García Escobar (1817-1859)«, en El pensamiento arquitectónico en España en el siglo XIX a través de las revistas artísticas del reinado isabelino, Salamanca: Universidad, pp. 379380.

– Fernando Regueras Grande y Ramón Pérez de Castro, Ventura García Escobar, Medina de Rioseco; Campos y Torozos en el Semanario Pintoresco Español, Valladolid: Asociación Asociación Cultural «Domus Pucelae», 2009.

– Ventura García Escobar [con una introducción de Pedro Ojeda Escudero], «Los últimos de los godos (Segunda parte de El puñal del godo)., Castilla: Estudios de literatura, 13, 1998, pp. 119-144.

– Ventura García Escobar, Poesías, Madrid: P. Madoz y L. Sagasti, 1860. En Google libros.

– Ventura García Escobar, Los comuneros  novela histórica, Madrid: Imprenta de La Iberia, 1859. En la Biblioteca Digital de Castilla y León. 

Para saber más sobre alguno de los personajes citados en el texto:

Eduardo Gasset, en el proyecto de la Wikipedia española

José Velarde, en el proyecto de la Wikipedia española

– Mesonero Romanos, en el proyecto de la Wikipedia española

– Modesto Lafuente, en el proyecto de la Wikipedia española

– Josep Vilaseca, en el proyecto de la Wikipedia española

Francisco Pi y Margall, en el proyecto de la Wikipedia española

– José María Quadrado, en el proyecto de la Wikipedia española

– Juan Vilanova y Piera, en el proyecto de la Wikipedia española

– Manuel de Assas, en el proyecto de la Wikipedia española

– José Amador de los Ríos, en el proyecto de la Wikipedia española

– José Caveda, en el proyecto de la Wikipedia española

– Pedro de Madrazo, en el proyecto de la Wikipedia española

Vaso ibérico en forma de kalathos de Peal de Becerro (Jaén) – Pieza del mes de Marzo

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 Vaso en forma de cesto que, junto a otros dos similares y un plato, formaba parte del ajuar de una tumba de cremación en la necrópolis del “Cerro de la Horca”, perteneciente a una ciudad de los íberos oretanos: la antigua Tugia. Se trata de uno de los primeros yacimientos que permitió conocer y definir el mundo funerario de la cultura ibérica en la Alta Andalucía. Este recipiente con borde vuelto al exterior, cuello estrangulado y cuerpo de tendencia cilíndrica de fondo umbilicado (en forma de ombligo) presenta una morfología relativamente antigua. El borde y el cuello están pintados en color rojo escarlata con bandas horizontales paralelas, otras fajas del mismo carácter dividen su cuerpo en dos zonas decorativas rellenas con semicírculos concéntricos y líneas onduladas paralelas verticales pintadas con un pincel múltiple.

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– Vaso en forma de cesto (Kalathos) de la sepultura XV de la Necrópolis del Cerro de la Horca (Peal de Becerro, Jaén). 350-250 a.C. Tipo 8-C-1 de Juan Pereira

En esta vitrina el Museo presenta algunos objetos de la cultura ibérica, para ilustrar el tipo de influencias mediterráneas que desde Andalucía, a través de la Submeseta Sur, y desde el Nordeste, por el valle del Ebro, dieron lugar en el siglo IV a.C. al gran cambio cultural que determinó el paso de la Primera a la Segunda Edad del Hierro.  Se trata de la (celt)iberización.

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– Vitrina dedicada a la cultura ibérica en la Sala III del Museo de Valladolid

Aparte de la generalización de los útiles y herramientas de hierro, cabe destacar las novedades introducidas en la fabricación de los recipientes de cerámica: la adopción del torneado de las vasijas sobre la rueda de alfarero, y su cocción en un horno vertical o de convección, formado por dos cámaras superpuestas. Esto permitió elaborar vasijas de formas mucho más airosas, con pastas de color ocre o anaranjado y decoraciones pintadas a pincel en tonos achocolatados.

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– Diferentes ejemplos de kalathoi de la Alta Andalucía (según Pereira 1988)

Sabemos de la importación de cerámicas ibéricas durante los siglo V y IV a.C. en algunos poblados de la Primera Edad del Hierro, como en el de “La Mota”, en Medina del Campo. Se distinguen de las posteriores cerámicas torneadas vacceas de la Segunda Edad del Hierro por el color blanquecino o amarillento de las pastas y el tono rojizo o vinoso de su pintura.

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– Sepultura nº XV del Cerro de la Horca (según Mergelina 1943-44)

El vaso ibérico que aquí presentamos, fue hallado durante las excavaciones realizadas por Cayetano de Mergelina en el “Cerro de Horca” en 1927. Formaba parte del ajuar de la sepultura XV, en la que sobre el bustum  (restos de combustión de la pira funeraria) se depositaron tres kalathos y un plato de cerámica. El recipiente de mayor tamaño, sirvió como urna funeraria, pues contenía las cenizas, mientras que éste que pareció cubierto fon el plato contendría parte de las ofrendas funerarias. Esta excavación se realizó con ocasión de la restauración de la cámara funeraria principesca de Toya.

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– La Cámara de Toya en vista isométrica (según Cabré 1925)

– Uno de los vanos del interior de la cámara de Toya. (fotografía realizada por Juan Cabré en 1918, servida por la fototeca del IPHE)

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– La cámara de Toya. Planta (según Cabré 1925)

Se trata de una cámara subterránea de planta cuadrada, de 5 m. de lado y 26 m2 de superficie. Está dividida longitudinalmente en tres naves cuidadosamente construidas con aparejo de sillería, techada y solada con grandes losas de piedra. En su día estaría recubierta por un túmulo de tierra, acaso coronado con un pilar-estela con la escultura de una cierva, de tradición orientalizante “tartesia”, siguiendo todo ello prototipos hispano-fenicios.

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– La ‘bicha’ o cierva de Toya (fotografía realizada por Juan Cabré, servida por la fototeca del IPHE)

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– Los descubridores de la cámara de Toya junto a la entrada practicada, en 1918.  (fotografía realizada por Juan Cabré, servida por la fototeca del IPHE)

En su interior hay una serie de bancos corridos y repisas, sobre las que estaban depositadas las urnas cinerarias y las ofrendas funerarias. El monumento fue descubierto al realizar faenas agrícolas hacia 1908-1909 y su contenido se dispersó inmediatamente, yendo a parar a diversas colecciones particulares. Como quiera que parte de éstas han acabado en el Museo Arqueológico Nacional, se ha intentado reconstruir el hallazgo.

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– La cámara de Toya. Reconstrucción de cómo pudieron estar dispuestas las urnas cinerarias en su interior (según Roldán Gómez, 1999)

Éste incluía seis urnas de piedra caliza, en forma de caja rectangular; un gran número de recipientes conteniendo las ofrendas funerarias, la mayoría de cerámica ibérica, algunos de cerámica griega. Cabe resaltar estas últimas que incluían tres cráteras (grandes recipientes utilizados para mezclar el vino con el agua) y un Kylix (copa con dos asas para beber vino) decorados con la técnica de figuras rojas, los cuales han permitido fechar el uso del monumento en la primera mitad del siglo IV a.C.

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– La crátera italo-griega de figuras rojas. Atribuida al ‘pintor de Toya’. Segundo cuarto del siglo IV a.C. Fototeca del M.A.N. FD/P/01611

Había además diversas armas de hierro: una falcata, una espada de antenas y un casco, e incluso los restos de un carro (o al menos de sus dos ruedas).

Por Tadeo Jones

Para saber más sobre el vaso:

Eloísa Wattenberg García (coord.), Museo de Valladolid. Colecciones. Valladolid: Junta de Castilla y León, 1997, p. 101.

Cayetano de Mergelina, «Tugia: reseña de unos trabajos»Boletín del Seminario de Estudios de Arte y Arqueología: BSAA, tomo 10, 1943-1944, pp. 13-32, lám. I-X. Véase especialmente p. 23 y lám. VIII, F.

– José Luis Chicharro Chamorro, «Mergelina y la cámara de Toya»,  en J. Blánquez Pérez, L. Roldán Gómez (eds.): La cultura ibérica a través de la fotografía de principios de siglo. Un homenaje a la memoria, Madrid, 1999, pp. 215-220.

Para saber más sobre este tipo de vasos:

– Juan Pereira Sieso, «La cerámica ibérica procedente de Toya (Peal de Becerro, Jaén) en el Museo Arqueológico Nacional», Trabajos de Prehistoria, 36, 1979, pp. 289-348. Veáse especialmente p. 316, 333; fig. 11, 3-8 y fig. 12).

– Juan Pereira Sieso, «La cerámica ibérica de la Cuenca del Guadalquivir. I. Propuesta de clasificación«Trabajos de Prehistoria, 45, 1988, pp. 143-173. Veáse especialmente p. 160; fig.11, 9-12.

– Juan Pereira Sieso, «La cerámica ibérica de la Cuenca del Guadalquivir. II. Propuesta de clasificación«Trabajos de Prehistoria, 46, 1989, pp. 149-159. Veáse especialmente pp.

Para saber más sobre la cámara principesca de Toya:

-Sobre la cámara y las circunstancias de su descubrimiento:

Juan Cabré, «Arquitectura hispánica. El sepulcro de Toya«, Archivo Español de Arte y Arqueología, 1, 1925, pp. 73-101.

– Juan Blánquez Pérez, «La necrópolis del Cerro de la Horca y la Cámara de Toya», en J. Blánquez Pérez, L. Roldán Gómez (eds.): La cultura ibérica a través de la fotografía de principios de siglo. Un homenaje a la memoria, Madrid, 1999, pp. 127-134.

– Lourdes Roldán Gómez, «La cámara sepulcral de Toya y la arquitectura funeraria monumental en el mediterráneo«, en J. Blánquez Pérez, L. Roldán Gómez (eds.): La cultura ibérica a través de la fotografía de principios de siglo. Un homenaje a la memoria, Madrid, 1999, pp. 135-142.

-Susana González Reyero, «La cámara de Toya a través de la prensa de principios d siglo (1908-1927)»,  en J. Blánquez Pérez, L. Roldán Gómez (eds.): La cultura ibérica a través de la fotografía de principios de siglo. Un homenaje a la memoria, Madrid, 1999, pp. 235-244.

– Manuel Molinos y Arturo Ruíz, «De la cámara de Toya al hipogeo de Hornos«, en A. Rodero y M. Barril (coords.): Viejos yacimientos [Recurso electrónico]
nuevas aportaciones : ciclo de conferencias, 10-11 de diciembre de 2008, pp. 53-77.

– Juan Blánquez Pérez, «El mito del eterno retorno… Tras los primeros pasos. De nuevo acerca de la Cámara de Toya (Peal de Becerro, Jaén)«, en J. H. Fernández (dir.): In Amicitia. Miscel·lània d’estudis en Homenatge a Jordi H. Fernández,  Treballs del Museu Arqueològic d’Eivissa i Formentera, 72, Eivissa, 2014, pp. 99-112.

– La cámara de Toya en la base de datos del Patrimonio Inmueble de Andalucía.

– La cámara de Toya en el Blog «Mediterráneo Antiguo: Diálogos con nuestro pasado».

-Sobre su ajuar:

– Antonio Madrigal, «El ajuar de la cámara funeraria ibérica de Toya (Peal de Becerro, Jaén)«Trabajos de Prehistoria, 54(1), 1997, pp. 167-181.

Para saber más sobre las importaciones ibéricas en la Meseta Norte:

– Zoa Escudero Navarro y Carlos Sanz, «Algunas reflexiones sobre la llegada del torno cerámico«, en F. Burillo (coord.):  IV Simposio sobre los Celtíberos: economía (Daroca – 1997), Zaragoza, 1999, pp. 323-339.

Portapaz de marfil con la ‘Virgen gloriosa’ – Pieza del Mes de Enero

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Queremos comenzar el nuevo Año con una entrada dedicada a una representación de la ‘Virgen gloriosa» (la Virgen sentada en un trono, con el niño  Jesús en brazos) que se conserva en el Museo de Valladolid.

En su primera epístola a los Corintios y también en la que dirigió a los romanos, San Pablo recomendaba: «saludaos los unos a los otros con el beso santo». De aquí tomó la liturgia romana la costumbre del beso de paz que se daban los asistentes a la misa antes de la comunión. Para evitar el contacto físico entre los fieles, comenzaría a utilizarse el portapaz u osculatorio, una placa con la imagen de Cristo crucificado, la Natividad u otra imagen devocional. Este objeto, provisto de un asa y que puede estar realizado en diversos materiales, se daba a besar en la ceremonia de la paz de las misas solemnes. Su incorporación en la liturgia occidental se documenta en la baja Edad Media, siendo los ejemplares más antiguos llegados hasta nosotros los datados en la segunda mitad del siglo XIV, en general obras de orfebrería en plata de estilo gótico.

Portapaz del Museo de Valladolid con la 'Virgen gloriosa'– Portapaz con la ‘Virgen gloriosa’ del Museo de Valladolid (Inv. 9.926)

La pieza conservada en el Museo de Valladolid muestra la imagen de la Virgen con el Niño, entronizada en un sitial gótico que queda enmarcado en una hornacina de columnillas y arco trilobulado. Todo ello rodeado por una bordura de pámpanos estilizados, que se adapta a la forma del soporte. En varias zonas de la pieza -bordes, adornos, respaldo del sitio y cabellos de la Virgen y el Niño- permanecen restos de oro, ya que este tipo de piezas se doraban y policromaban para realzar su decoración.

Detalle de los rostros de la Virgen y el niñoDetalle de los rostros de la Virgen y el niño del portapaz de Valladolid

Por su diseño, con la imagen bajo arco de tres lóbulos, y por su técnica en el tratamiento del fondo, invadido por finas incisiones entrecruzadas que consiguen una textura reticular, técnica denominada guillochée, la obra debe incluirse en un amplio grupo de portapaces de marfil, de origen aún no bien definido ya que algunos de ellos portan inscripciones en flamenco, otros en francés. A pesar de esta probable ascendencia flamenca o borgoñona, otros investigadores han señalado su posible relación con alguno de los centros artísticos de la Italia septentrional de finales del siglo XV.

Portapaces de marfil de igual cronología se conservan en buen número, aunque la estimable calidad artística que éste ofrece hace de él pieza de tan singular interés como puedan tener el conservado en el Muséé d’art sacré du Gard en Pont-Saint-Esprit  (Inv. CD012.16.1). o el que pertenecía a la Col. Kofler-Truniger de Lucerna.

Comparación con el portapaz del Musée d'art sacré du GardLas ‘Virgenes gloriosas’ de los portapaces de los Museos de Valladolid y Pont-Saint-Esprit

Similar, aunque con una factura un más descuidada es el portapaz que perteneció a la Col. Léon Nelli de París que muestra una disposición de los paños del ropaje de la Virgen muy similar (probablemente por seguir un mismo modelo iconográfico).

Detalle del plegado de los paños– Plegado de los paños de los ejemplares de Valladolid y de la antigua Col. Léon Nelli de París

Un arte relativamente similar al ejemplar del Museo de Valladolid muestra el portapaz de la colección del Museo d’Arte Antica e Palazzo Madama, de Turín (Inv. 129/AV), en el que, con igual marco pámpanos esquematizados y arco trilobulado sobre columnillas, se representa la imagen de la Virgen con el Niño entronizada en un amplio sitial con dosel.

Comparación con el ejemplar del Museo Civico d'Arte Antica de Turín– Los portapaces de Valladolid y de Turín

Relativamente similar y acaso del mismo taller resulta ser también el portapaz del The Detroit Institute of Arts (Inv. 43.454), el cual muestra una iconografía (virgen de la leche, plegado de los paños…) casi idéntica al del ejemplar del Muséé d’art sacré du Gard, aunque la ejecución del rostro de la Virgen sea de una calidad ligeramente inferior. Los arcos tallados en el respaldo de los sitiales emparentan también estas piezas con el portapaz de la Col. Kofler-Truniger de Lucerna, mientras que su remate almenado vincula asimismo el ejemplar lucernés con el de la antigua Col. Léon Nelli de París.

El mismo sujeto, aunque obra de un taller diferente y de menor calidad artística se repite en los portapaces del Bruggemuseum-Gruuthuse de Brujas (Inv. 0.6.VIII), de la Iglesia de San Martín de Dux-Acren (Hainaut, Bélgica) y del Museum für Angewandte Kunst de Colonia (Inv. B 274).

Portapaz con San Jorge y el dragón OA148_86-004845– Portapaz con San Jorge y el dragón (Louvre Inv. OA148). Photo (C) RMN-Grand Palais (musée du Louvre) / Droits réservés

Algunos portapaces de estos mismos talleres muestran diferente iconografía: San Jorge y el Dragón, la Crucifixión, San Miguel, San Jerónimo, Santa Ana triple, la Anunciación, la Flagelación, el Martirio de San Sebastián

Portapaz procedente de la Iglesia de Saponay (Aisne)OA6455_03-009751– Portapaz procedente de Saponay (Aisne): la Virgen con el niño entre San Juan Bautis ta y Santa Bárbara (Louvre Inv. OA6455). Photo (C) RMN-Grand Palais (musée du Louvre) / Droits réservés

Abundando en la cuestión del origen de este tipo de obras, hay que señalar el portapaz procedente de la Iglesia de Saponay, en Aise (Francia), conservado en el Museo del Louvre (Inv. OA6455), en el que se muestran las figuras de la Virgen con el Niño entre San Juan Bautista y santa Bárbara y debajo el probable nombre del donante o persona que mandó realizar la pieza «Henri Lerdenoi». Su tipología es tan sólo relativamente similar pues presenta su remate truncado y no semicircular, aunque la bordura de pámpanos es parecida.

MRR82_99-004861 – Detalle de uno de los relieves de un cofre de la antigua Col. Révoil (Louvre Inv. MRR82). Photo (C) RMN-Grand Palais (musée du Louvre) / Jean-Gilles Berizzi

Aunque se ha citado a Emile Molinier como principal avalista de la procedencia italiana de estas piezas, lo cierto es que este investigador consideraba el portapaz que ostenta la representación de San Jorge y el Dragón (Louvre OA148) como una obra de arte francés y que tan sólo ciertos cofres para piezas de ajedrez o damas, nºs 131 (Louvre MRR80), 132 (Louvre OA126), 134 (Louvre OA124) y 135 (Louvre MRR82), con relieves en hueso polícromo que también presentan fondos con técnica guilloché, combinados a veces con marquetería, eran considerados como obras de influencia francesa, probablemente realizadas en el Piamonte, aunque ahora se prefiere atribuirles un origen flamenco o borgoñón, como quería Raymond Koechlin.

MRR80-N1072_98-018762

Parte inferior del cofre del Louvre MRR80

Partes superior e inferior de otro cofre de la antigua Col. Révoil (Louvre MRR80; N1072). Photo (C) RMN-Grand Palais (musée du Louvre) / Daniel Arnaudet

Cofres semejantes se conservan también en muchos otros museos: Museo Civico d’Arte Antica de Turín (Inv. 182/AV), (181/AV) y (Inv. 184/AV), Walters Art Museum de Baltimore (Inv. 71.93), en el Musée national du Moyen Âge de Cluny (Inv. CL1808) y (CL436), Germanisches Nationalmuseum de Nüremberg (Inv. HG 290), Museo Arqueológico Nacional de Madrid (Inv. 52.202), Museu Nacional d’Art de Catalunya, en Barcelona (Inv. 37.923). Los cofres, dados la vuelta, servirían como tableros para el juego.

MRR82_99-004856– Cofre de la antigua Col. Révoil (Louvre Inv. MRR82). Photo (C) RMN-Grand Palais (musée du Louvre) / Jean-Gilles Berizzi

Incluso se ha conservado lo que pudiera ser una de las piezas de juego que contendrían estos cofres: asemeja ser un halcón de marfil con su caperuza textil y todo. El fondo guillochée de su relieve y la orla de pámpanos esquematizados permiten atribuir esta pieza a los mismos talleres que fabricaron los portapaces. La pieza ha perdido el blasón metálico que llevaba en su parte central, pero las flores de lis en relieve permiten abundar en el posible origen francés de este tipo de objetos.

Halcón de marfil del The Detroit Institute of Arts 66.128– ¿Pieza de juego?: soporte de caperuza de halcón del The Detroit Institute of Arts (Inv. 66.128). Photo (C) Detroit Institute of Arts  

Por lo que respecta a la cronología de este tipo de portapaces, hay que señalar que un ejemplar de la antigua Colección Forrer mostraba la fecha de 1470, mientras que uno de los portapaces más tardíos sería el conservado hasta la Segunda Guerra Mundial en el Skulpturensammlung und Museum für Byzantinische Kunst de Berlin (Inv. 8562), que mostraba en su parte inferior, tallada, la fecha 1502.

Por Tadeo Jones

Para saber más sobre el portapaz de marfil del Museo de Valladolid:

Eloísa Wattenberg García (coord.), Museo de Valladolid. Colecciones. Valladolid: Junta de Castilla y León, 1997, p. 200.

– Eloísa Wattenberg García, «Portapaz», en VVAA., Comercio, mercado y economía en tiempos de la Reina Isabel: V centenario de la muerte de Isabel la Católica, 1504-2004, Medina del Campo: Museo de las Ferias, 2004, p. 231.

– El portapaz de Valladolid en el Gothic Ivories Project del The Courtauld Institute of Art.

Para saber más sobre la utilidad de los portapaces:

– El ‘Beso Litúrgico’ y el uso del portapaz en el blog Ars Celebrandi.

– El uso de los portapaces en las antiguas misas ceremoniales de la Catedral de Toledo, según la obra de Sixto Ramón Parro, Toledo en la mano o Descripción histórico artística de la magnífica catedral…, Toledo: Imprenta y librería de Severiano López Fando, 1957, p8.  803-804.

Para saber más sobre este tipo de objetos:

– Página del Gothic Ivories Project del The Courtauld Institute of Art.

– Raymond Koechlin, Les ivories gothiques français. 3 vols. Paris: Auguste Picard, 1924. Vol. 1, pp. 330-346; vol 2, pp. 340-342; vol. 3, pl.CLXI.

– Emille Molinier, Musée National du Louvre: Catalogue des ivories, Paris: Librariies-Imprimeries reunies, 1896, nº 131, pp. 264-266 [Louvre MRR 80], nº 132 [Louvre OA126], nº 135, pp. 271-272 [Louvre MRR 82], pp. 144 [Louvre OA 148], p. 290. El ejemplar de la Biblioteca Numérica del INHA.

– Donald Drew Egbert, «North Italian Gothic Ivories in the Museo Cristiano of the Vatican Library» Art Studies, 7, 1929, pp. 169-206. pp. 168-207 [p. 197, fig. 51 y 53].

Charles Rufus Morey, Gli oggetti di avorio e di osso del Museo Vaticano. Citta del Vaticano: Biblioteca Apostolica Vaticana, 1936, p. 86, no. A111, pl. XXIX.

– Luigi Mallé, Smalti – Avory del Museo d’Arte Antica: Catalogo, Torino, [Stabilimento grafico Impronta] 1969, pp. 317-318, tav. 167.

– Richard H. Randall Jr, «Gothic ivories»en Ibidem, Masterpieces of Ivory from the Walters Art Gallery, Nueva York: Hudson Hills Press, 1985, pp. 178-224.

– Richard H. Randall Jr., “Dutch Ivories of the Fifteenth Century”, Netherlands Yearnokk for History of Art, online, 45/1, 1994, pp. 126-139.

Sarah M. Guérin, «Ivory Carving in the Gothic Era, 13th–15th centuries«. In Heilbrunn Timeline of Art History. New York: The Metropolitan Museum of Art, 2000–.

La Orza de Gomeznarro – Bronce Inicial o Pleno 2200-1700 a.C. (años calibrados).

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Esta entrada está dedicada a la Orza de Gomeznarro, seleccionada como la pieza del Mes de Marzo del Museo de Valladolid, la cual se haya expuesta en la Sala I.

Los trabajos que durante el invierno de 1987/88 se desarrollaban para completar el Inventario Arqueológico Provincial permitieron localizar a principios de 1988 un nuevo yacimiento en una gravera de Gomeznarro, concretamente en el pago «Los Pinos». Allí los trabajos de extracción de arenas hicieron visible en uno de los frentes de la explotación un hoyo que contenía materiales arqueológicos. Se planteó así una pequeña excavación en el lugar (dirigida por José I. Herrán y Pilar Zapatero),  que deparó la recogida de una serie de fragmentos de vasijas cerámicas entre las que destaca este recipiente de almacenamiento. La excavación fue tan reducida que nada puede saberse sobre las características del asentamiento que, por las cerámicas recuperadas, se ha fechado en el Bronce Inicial o Pleno.

Otras cerámicas del yacimiento

– Otras cerámicas del yacimiento de «Los Pinos» (Gomeznarro)

En el conjunto de cerámicas predominaban los vasos lisos junto a otros con decoración de cordones, con o sin digitaciones, mamelones y otros elementos en relieve, faltando decoraciones más finas realizadas con punzones mediante impresión o incisión. En la orza que se expone aquí cabe señalar su forma alargada, con una base estrecha cuyo diámetro crece de forma ininterrumpida hasta la boca, aunque especialmente en su parte inferior. Llama la atención el cordón con marcas impresas a pocos centímetros del borde y las protuberancias circulares que se disponen aleatoriamente en sus paredes.

Tinaja modelada a mano con un cordón digitado bajo el borde y mamelones en el cuerpo

– Orza de Gomeznarro

Para estas escuetas evidencias se ha optado por adjudicar al enclave prehistórico al horizonte Parpantique, con una cronología que encajaría en un breve interludio situado entre las cerámicas decoradas de estilo campaniforme y las denominadas proto-cogotas. Dentro de la provincia quizás el poblado mejor conocido del periodo del Bronce Inicial sea el situado en el «Pico del Castro», en Quintanilla de Arriba, donde se excavó una cabaña delimitada por hoyos de poste y que en su interior conservaba restos de lo que parecía un hogar.

Detalle de la zona de la boca

– Detalle del cordón digitado junto al borde

Sobre la morfología de la vasija, su base pequeña y boca abierta parece indicar que sirvió para guardar productos sólidos en su interior, puesto que allí donde se almacenaban líquidos se opta generalmente por bocas reducidas que dificultan que se derrame el contenido. Otra opción sería que, por su forma alargada, hubiese servido para el batido de la leche durante la elaboración de queso y mantequilla.

Respecto a su cronología, esta forma no se encuentra en muchos yacimientos conocidos en la zona del centro del valle del Duero, si bien se reconoce una bastante similar en «La Requejada» (San Román de Hornija), [forma N-1], en un contexto de la Edad del Bronce Tardío. Cabe destacar que en ningún caso y hasta la fecha se ha identificado en tierras vallisoletanas en épocas anteriores, del Bronce Inicial o Pleno, lo que nos lleva a considerar el problema de las dataciones basadas simplemente en la decoración o en la forma de las cerámicas sobre muestras muy pequeñas, que pueden conducir a conclusiones erróneas.

por Tadeo Jones

Para saber más:

– Germán Delibes de Castro y José Ignacio Herrán Martínez, “La tenue huella del Bronce Antiguo u horizonte Parpantique, en la provincia de Valladolid: yacimientos de Los Pinos de Gomeznarro, de Las Eras de Pesquera de Duero y de El Castillo de Curiel“, en Biblioteca Básica de Valladolid: La Prehistoria, Valladolid: Diputación Provincial, 2007, pp. 216-220.

– Eloísa Wattenberg García (coord.), Museo de Valladolid. Colecciones. Valladolid: Junta de Castilla y León, 1997, p. 71.

– José Antonio Rodríguez Marcos, “Una cabaña de época campaniforme: el yacimiento de Pico de Castro (Quintanilla de Arriba, Valladolid)”. En L.S. Iglesias Rouco, R.J. Payo Hernanz y Mª P. Alonso Abad (coords.), Estudios de historia y arte: homenaje al profesor Alberto C. Ibáñez Pérez, Burgos: Universidad, 2005, pp. 81-86.

– Germán Delibes de Castro, Julio Fernández Manzano y José Antonio Rodríguez Marcos, Cerámica de la plenitud Cogotas I: el yacimiento de San Román de Hornija (Valladolid)Boletín del Seminario de Estudios de Arte y Arqueología: BSAATomo 56, 1990, pp. 64-105.

– José Javier Fernández Moreno,  El Bronce Antiguo en el oriente de la Submeseta Norte: El Inicio de la Edad del Bronce en el Alto Duero: El Horizonte Parpantique, (Tesis Doctoral dirigida por Germán Delibes). Madrid: Universidad Complutense, 2011.